miércoles, 4 de noviembre de 2015

LA LLANA DE LA GARGANTA 2579 m, CIRCULAR DE ESTE A OESTE.







El Valle de Aisa, en el Pirineo Aragonés Occidental, es uno de esos rincones  en  los que todavía la mano no ha sido lo bastante larga para hacer de las suyas. Todo lo contrario que en su otra vertiente norte, donde tenemos..... un par de estaciones de esquí alpino y otro par de fondo, el túnel de Canfranc, la carretera nacional, hoteles y apartamentos residenciales....etc.




Esta vertiente  es muy  tranquila y eso que Aisa, su población más cercana , solo dista  escasos 33 kilómetros a Jaca, capital de la Jacetania y donde se concentra el turismo de la zona y sus infraestructuras más grandes.

La cabecera de este valle se comunica con la población de Aisa, por medio de una pista forestal asfaltada que acaba muy cercana a la zona de Riguelo, a los pies de sus montañas.



Como teniendo envidia del Parque Nacional de Ordesa, esta zona, que forma parte del Parque Natural de los Valles Occidentales, tiene sus " Tres Sorores ". A diferencia del Perdido, el Cilindro y el Soum de Ramon, tresmiles " Ordesanos", el Aspe y las dos Llenas o  Llanas (del aragonés: Gran piedra plana. Cumbre abrupta ) del Bozo y de la Garganta, son mucho más modestas, pero no menos interesantes de ascender y por supuesto mucho menos visitadas.


Las vistas de las dos vertientes del Pirineo es inigualable y el contraste de la verticalidad de su cara norte, contrasta vivamente con su " amables" laderas orientadas al sur. En invierno es un excelente lugar para practicar nuestras técnicas invernales y medirnos con auténticas montañas de nieve y hielo.



También es un paraíso escondido donde podremos disfrutar de  la auténtica escalada de alta montaña, con una variedad muy grande de vías, desde la auténtica  Arista de los Murciélagos al Aspe, que ha sido la una escuela para muchos de nosotros, hasta la Edil en su cara norte, los próximos  Lecherines y muchas otras.



Pero esta vez no vamos a ir al Aspe, ni tampoco a la Llana del Bozo, picos que ya habíamos visitado con anterioridad. Nuestro objetivo se centra en la Llana de la Garganta, que es la cima que se encuentra  en centro de esta trilogía.

Con un aspecto  inexpugnable por su cara norte,  su vertiente sur, más fácil, pero   tampoco nos permite muchas alegrías. Su cima está  bien defendida por cortados y extensos canchales de piedra suelta, todo lo contrario que sus "hermanas" mucho más asequibles por esta vertiente.




La ruta elegida es una circular, queremos entrarle por su lado noreste, aprovechando una brecha en su muralla y bajar por su vertiente noroeste, por un corredor de una verticalidad mediana.

Todo un recorrido que nos permitirá conocer tres de la cuatro vertientes de la montaña y disfrutar de un variado recorrido en un paisaje de roca caliza muy singular.

La mañana está fresca, sin viento y bastante apacible. Todo lo contrario a como se presentaba hace una semana, cuando intentamos la ruta. A causa del fuerte viento y la niebla tuvimos que darnos la vuelta a la altura del  Paso de la Garganta de Aisa o también llamado collado Occidental a 2477 m.

Pero hoy, si la cosa no cambia, parece que la meteo nos ha sonreído. Cuando dejamos el vehículo en el pequeño aparcamiento al final de la pista, las " tres hermanas" están despejadas y lucen sus mejores galas de final de estación veraniega. Además al ser un día entre semana, no hay ningún vehículo estacionado, lo que nos indica que disfrutaremos de la montaña en soledad.

Iniciamos el recorrido una vez que pasamos la verja metálica, que cierra el acceso a vehiculos. Luego comienza una pista encementada, que nos permite alcanzar, por fuerte pendiente, la zona donde se encuentra el refugio libre de Saleras. Más adelante cruzamos el barranco y comenzamos el sendero que discurre por el lomo que baja de la ladera sur del Aspe.



A medio camino nos encontramos con el desvío que hacia la derecha se dirige a los Manantiales de Riguelo, Paso de la Garganta de Aisa y también al Collado de la Madalena.

Seguimos la senda que discurre por el espolón y dejamos a la izquierda el GR que va en busca del Collado del Bozo.



Cuando llevamos unos 50 ' aproximadamente de recorrido, nos topamos con una abrevadero. Este punto nos indica que deberemos dirigirnos directamente hacia el paredón que tenemos delante, en busca del "Embudo", lugar que nos permitirá superar este escarpe para tomar el sendero que sube en busca de una brecha esta nos  adentrará al "campo karstico", que domina toda la vertiente del Aspe y la Llana de la Garganta. A medio camino del abrevadero y el "Embudo" dejamos una senda que toma dirección noroeste que nos acercaría a las vias normales de las dos Llanas, al  Paso de Nazapal y al Puerto de Aisa, por donde volveremos.





Ahora nos toca subir una fuerte y sostenida pendiente hasta llegar al paso que da acceso a la parte superior de la montaña . El camino hasta aquí no presenta ningún problema, y está perfectamente señalado por hitos y es muy difícil perderlo. Una vez superada la pendiente, entramos en una especie de pasillo de rocas, que es la antesala de un " reino de piedra caliza" que ocupa toda la base del Aspe y la Llena de la Garganta.  Es como un extenso  glaciar agrietado, que tendremos que atravesar para llegar al Paso de la Garganta del Aspe, collado que separa estas dos cimas. 





Está lleno de grietas, rocas cortantes y simas, lo que nos obliga a dar más de un rodeo para cruzarlas. A partir de aquí el  camino es más confuso debido a la cantidad de hitos y señales que hay y  que nos dan mil opciones de itinerarios. Nosotros seguimos las que se dirigen hasta el collado, rodeando una cota de piedra que separa dos hondonadas. Tenemos la cumbre del Aspe a nuestra derecha, es una imagen muy diferente a la que podemos admirar por su vertiente norte, más salvaje, mucho más alpina. Incluso cambia su color, mientras desde Candanchú se muestra como un altivo torreón vertical, defendido por todas sus caras por vertiginosos paredones, por esta  vertiente  se asemeja a un espolón que combina roca y zonas herbosas , de un color marronaceo y verdoso que contrasta con la blancura del lapiaz por donde transitamos.



Una vez alcanzado el collado y dejado a nuestra derecha el itinerario que se dirige a la antecima del Aspe, bordeamos la muralla de la Llana en busca de un paso para superarla. Para ello tenemos que atravesar una extensa y fatigosa  pedrera en busca del espolón rocoso que cierra por el oeste el murallón.





Al fondo de la pedrera podemos apreciar una brecha que se aprecia encima de un resalte rocoso y que parece el único punto factible que permite el  acceso a la cresta. Una diagonal alta nos permite atravesar la pedrera con más comodidad y conforme nos acercamos vamos intuyendo el paso, a la vez que vemos que su dificultad no es tan severa como en un principio parecía. Un gran hito, recortado contra el horizonte, nos confirma el paso y que llevamos buena dirección.




Superar el murete de roca caliza y muy descompuesta es fácil y una vez alcanzado el hito, a nuestra derecha se nos abre una especie de canal de roca que  nos conduce hacia la pala somital  que se abre bajo su cima. Ahora entendemos porque a esta montaña también se la conoce como Punta de la Plana la Garganta. Al igual que su hermana, la Llana del Bozo, ambas en su parte alta, rompiendo la verticalidad de sus vertientes, albergan una zona mas "planas o llanas".




Aun así la pendiente es fuerte y son necesarias varias lazadas que nos permiten acercarnos con comodidad a su recortada línea de cumbre. De tanto en tanto, entre las zonas rocosas y aflorando en el prado alpino, enormes "jardincillos" de flores de edelweiss, quemadas por el sol del verano, adornan esta cumbre.






Un hito con el nombre de la montaña, en letras rojas, nos confirma su altura y su nombre , LLENA DE GARGANTA 2599 m




A la vez que comemos algo, nos deleitamos con las vistas. Al norte, un mar de nubes esconden el Gave de Aspe y el Bosque de las Hayas.
A nuestra derecha, hacia el  este, un extenso rosario de cumbres se abre ante nuestros ojos, apareciendo al fondo los primeros tresmiles de la cadena pirenaica , Balaitus, Frondiellas, Infiernos  y algo más difuminados el Garmo, Algas y Argualas.
Y delante de todos ellos, en un primer plano, la negra chimenea del Midi d'Ossau no pasa desapercibida.





Comenzamos la bajada, algunos jirones de niebla nos envuelven. Vamos en busca del diedro de su cara noroeste, que permite acceder a la cumbre por esa vertiente. 




Deshacemos el camino de subida y en un punto torcemos hacia el norte, en  busca de  una faja herbosa, que se encuentra en la parte superior de la salida del diedro. En este punto hay una pequeña filtración de agua que nos puede resultar útil.









 El diedro es bastante vertical y en algún momento puede requerir el uso de las manos tanto a la subida como en el destrepe. Antes de iniciar el descenso, observamos varios grupos de sarrios que nos contemplan con curiosidad y siguen nuestros movimientos. El destrepe es sencillo, pero requiere atención, sobre todo para no tirar piedras, el terreno está bastante suelto.



Una vez en la base, solo nos queda atravesar la extensa pedrera que cubre la cara oeste de la Llana para dirigirnos hacia la Becha Wallon, para ello aprovechamos una pequeña senda que recorre la inestable pedrera en esa direccion.







Una vez en la brecha, descendemos hacia el fondo de la vaguada que se abre entre las dos Llanas y encontramos la senda de subida hacia el paso y la Llana del Bozo. Esta senda toma dirección sur y rodeando  la Llana va en busca de la ruta que proviene del abrevadero y se dirige hacia las vías normales de las dos Llanas, por esta vertiente

Solo nos queda descender el espolón herboso de subida, para en poco menos de 40 minutos nos encontramos en el coche. 




Es una actividad preciosa y lo único que requiere en saber orientarse, algo de experiencia en la montaña  y llevar un buen calzado, ya  que la zona discurre por  un terreno muy karstico y accidentado.
También es recomendable llevar casco (para el descenso por el diedro).

Si decidis hacerla, no os defraudará....