Atlas (5 al 12 de diciembre 2010)
Marruecos es un gran desconocido para mucha gente. Tan cerca y tan lejos a la vez, alberga grandes contrastes, lugares idílicos, gentes acogedoras, riqueza, pobreza, turismo… y también grandes montañas. Si, grandes montañas, suena un poco raro ya que para muchos la visión general del país es de un lugar desértico, árido , de colores ocres, llano…pero nada más lejos de la realidad. Los verdes valles del Atlas nos trasladan a muchos lugares de la Península Ibérica y sus montañas tienen cierta semejanza con las nuestras y encima hay algunas de ellas que sobrepasan los 4.000 m.
Aunque Eli ya lo conocía y también sus montañas, pues lo había visitado en un par de ocasiones, no dudó en apuntarse al carro del Club Alpí Montserrat que había organizado una actividad de montaña a la que yo iba de Guía.
Llevábamos ya un tiempo preparando la actividad, viaje, alojamiento, refugio, logística… etc. , y se acercaba el día en que las 12 personas que participábamos en la aventura, nos embarcaríamos rumbo al sur . El nerviosismo y la impaciencia empezaba a aparecer y ya contábamos las horas para marchar a una aventura nueva y que para algunos y algunas era la primera vez que verían las montañas del Atlas.
Llegó la hora de la partida, y la dichosa huelga de controladores que estaba paralizando el país hacía 48 horas casi echa por tierra todas nuestras ilusiones y proyectos, pero a última hora y con suerte pudimos coger el vuelo que desde Girona nos conduciría a Marrakech, inicio de nuestro viaje por tierras marroquíes.
La ciudad de Marrakech no recibió con un cielo azul y una temperatura agradable. Mohamed Bouredha nos vino a recoger para trasladarnos a Imlil. Mohamed es un viejo amigo con el que he trabajado en varias ocasiones, dirige una Agencia de Guías y el Albergue de Lepiney en Imlil y siempre me ha tratado bien.
Después de tomar un té con pastelitos en casa de uno de los hijos de Mohamed, nos trasladamos a Imlil. Seguimos la carretera que trepa por el valle hasta encontrarnos con la capital del circuito del Toubkal. Imlil ha cambiado mucho desde que la visité hace ya más de 14 años. Cada vez que vuelvo por aquí veo una construcción nueva, un albergue o gitê de etape o un negocio relacionado con la actividad montañera y senderista. En algunos ocasiones se la denomina “ la Chamonix del Atlas “. Los que conocen los dos lugares no dejan de entrever una sonrisa socarrona…..¡.
Nos alojamos en el Albergue, está situado cerca de la población de Mzick, a la afueras de Imlil y en la pista que conduce hasta la cercana Arund. Nos aposentamos y enseguida podemos disfrutar de una suculenta comida marroquí que calma nuestros ya rugientes estómagos.
Por la tarde una breve visita a los alrededores nos permite observar un poco de la vida y costumbres de las gentes de por aquí.
Por la tarde una breve visita a los alrededores nos permite observar un poco de la vida y costumbres de las gentes de por aquí.
Por la tarde noche, preparamos el equipo para mañana, cenamos y con unas infusiones y una alegre velada damos por finalizado este ajetreado día.
Nos levantamos tempranito, un abundante desayuno en el que no falta ni el café, las tortitas, la mermelada y mantequilla casera, nos cargan las pilas para la larga jornada que nos espera.
Mientras desayunamos llegan los burros que trasladarán nuestra impedimenta hasta el refugio, aliviándonos de llevar bastante peso en nuestras mochilas. La caravana se pone en marcha, con nosotros viene Alí, en calidad de guía nativo y que cuidará que no nos falte de nada y que no haya ningún problema en la actividad ni en la logística.
En una media hora remontamos las lazadas de la pista con dirección al Pla de Arund y dejando esta población a nuestra izquierda, abandonamos la pista transitable adentrándonos en esta planicie, plagada de cantos rodados y rocas que ha arrastrado el torrente que baja de las montañas.
Una vez atravesado el plano, cogemos el sendero que nos adentra en el Parque Nacional del Toubkal y que trepa ladera arriba. El tiempo va cambiando, aparecen nubes amenazadoras, la temperatura baja y el viento empieza a soplar. Los numerosos grupos que descienden del refugio nos confirman que hoy no se ha podido hacer el Toubkal y que hay bastante nieve , como ya comprobaremos más adelante.
Una vez atravesado el plano, cogemos el sendero que nos adentra en el Parque Nacional del Toubkal y que trepa ladera arriba. El tiempo va cambiando, aparecen nubes amenazadoras, la temperatura baja y el viento empieza a soplar. Los numerosos grupos que descienden del refugio nos confirman que hoy no se ha podido hacer el Toubkal y que hay bastante nieve , como ya comprobaremos más adelante.
Poco a poco vamos penetrando en el valle y en una revuelta aparece Sidi Chamarouch, un santuario o lugar sagrado donde el lugar principal lo ocupa una enorme roca pintada de blanco. Este sagrado lugar atrae a multitud de peregrinos, muchos de ellos mujeres, ya que una de las “propiedades mágicas “del lugar es dar fertilidad. Al margen de la religión que envuelve el santo lugar, han crecido cantidad de chiringuitos que proporcionan otros anhelos a los turistas, senderistas, montañeros, ya que se les sirven desde un té, hasta una Coca-Cola o refresco , así como les ofrecen minerales, fósiles y artesanía para llevarse antes de regresar a sus países.
Un alto en este lugar y un te nos permite descansar para equiparnos , pues el frío , el viento y un poco de lluvia hace ya un rato que han aparecido.
El día está muy desagradable, pero eso no impide que sigamos remontando el Valle de Isougouane en busca del refugio. Al fondo del valle ya vemos la nieve y esto nos confirma que los burros no podrán llegar hasta el refugio y que tendremos que portear nosotros los equipos hasta este lugar.
El refugio del Toubkal nos acoge cálidamente, aquí podemos descansar, cambiarnos de ropa, tomar un té calentito que Ahmed nuestro risueño cocinero nos ha preparado y calentarnos en el acogedor salón disfrutando de la chimenea que preside la sala. No hay mucha gente y tomamos posesión de una de las esquinas del sofá. En este lugar pasaremos muchos ratos mirando de vez en cuando por la ventana para observar el tiempo, con el deseo que mejore.
El grupo está animado y ese refrán de “a mal tiempo buena cara “parece que surte efecto. Además las atenciones de Ali nuestro guía local y Ahmed el cocinero nos hacen más fácil las horas de estancia en el refugio.
Nos hemos levantado tempranito, tenemos intención de subir al Ras y al Timezguida, dos cuatro miles que nos servirán de aclimatación para ir acostumbrando el cuerpo a la altura, para que los Toubkales y demás montañas que tenemos pensado subir no pasen factura.
Asomo la cabeza por la puerta del refugio , el viento, la ventisca y la niebla esperan afuera.... no está el día para muchas historias, además la temperatura es muy baja. El excelente desayuno que Ahmed ha preparado nos anima y nos equipamos adecuadamente para defendernos de la adversa climatología reinante. A las 8 de la mañana salimos rumbo al collado de Ounanouns .
Ya desde el primer momento observamos que el vendaval reinante será nuestro peor enemigo y que en la cresta del Ras su violencia hará que progresemos con precaución. La cabecera del valle está totalmente cubierta de nieve, nos calzamos los crampones, ya que en algunos puntos se encuentra dura. Poco a poco seguimos avanzando intentando buscar los sitios más reguardados que nos den un poco respiro
La pala final que accede al collado es una pendiente continuada de nieve ventada que no presenta ninguna dificultad. Poco a poco nos acercamos al collado cubierto de nieve que separa el Ras y el Bou Ouzzal y conforme nos vamos aproximando y saliendo de la zona protegida por la que progresábamos el vendaval nos va envolviendo.
Nos protegemos detrás de las rocas que se encuentran a la derecha del collado y esperamos a que lleguen los rezagados. Tomamos un trago del té caliente que llevamos en los termos, comemos y picamos algo.
La temperatura sigue baja, intento asomarme a la brecha del collado y el viento me tira, es muy fuerte. La cresta que arranca del collado y sube en dirección al Ras se encuentra cubierta por nieve apelmazada que le da un aspecto amenazador , la ventolera le arranca remolinos de nieve que dan fe de que es una zona muy castigada . Evaluamos la situación y se decide volver al refugio, pues la progresión por la cresta y luego por el lomo del Ras nos exigiría un esfuerzo que posiblemente acusaríamos mañana. Enfilamos la larga pendiente de nieve que baja del collado y rápidamente deshacemos el camino que hemos seguido a la subida, el mal tiempo empeora y cuando llegamos al refugio las cosas se han puesto más serias. Algún grupo sube de Imlil y llegan en un estado bastante penoso. Nosotros después de cambiarnos, ducharnos y calentarnos al lado de la chimenea del salón del refugio, disfrutamos de una excelente comida. Una buena sopa y un excelente tajin preparado con esmero por Ahmed y servido por Alí nuestro “soporte logístico “ hacen las delicias de nuestros paladares, la única “ pega” , a la que no se acaba de acostumbrar el Joan C., es de no poder disponer de una buena botella de vino para acompañar estas suculentas viandas… habrá que esperar a Marrakech , Joan.
Ya desde el primer momento observamos que el vendaval reinante será nuestro peor enemigo y que en la cresta del Ras su violencia hará que progresemos con precaución. La cabecera del valle está totalmente cubierta de nieve, nos calzamos los crampones, ya que en algunos puntos se encuentra dura. Poco a poco seguimos avanzando intentando buscar los sitios más reguardados que nos den un poco respiro
La pala final que accede al collado es una pendiente continuada de nieve ventada que no presenta ninguna dificultad. Poco a poco nos acercamos al collado cubierto de nieve que separa el Ras y el Bou Ouzzal y conforme nos vamos aproximando y saliendo de la zona protegida por la que progresábamos el vendaval nos va envolviendo.
Nos protegemos detrás de las rocas que se encuentran a la derecha del collado y esperamos a que lleguen los rezagados. Tomamos un trago del té caliente que llevamos en los termos, comemos y picamos algo.
La temperatura sigue baja, intento asomarme a la brecha del collado y el viento me tira, es muy fuerte. La cresta que arranca del collado y sube en dirección al Ras se encuentra cubierta por nieve apelmazada que le da un aspecto amenazador , la ventolera le arranca remolinos de nieve que dan fe de que es una zona muy castigada . Evaluamos la situación y se decide volver al refugio, pues la progresión por la cresta y luego por el lomo del Ras nos exigiría un esfuerzo que posiblemente acusaríamos mañana. Enfilamos la larga pendiente de nieve que baja del collado y rápidamente deshacemos el camino que hemos seguido a la subida, el mal tiempo empeora y cuando llegamos al refugio las cosas se han puesto más serias. Algún grupo sube de Imlil y llegan en un estado bastante penoso. Nosotros después de cambiarnos, ducharnos y calentarnos al lado de la chimenea del salón del refugio, disfrutamos de una excelente comida. Una buena sopa y un excelente tajin preparado con esmero por Ahmed y servido por Alí nuestro “soporte logístico “ hacen las delicias de nuestros paladares, la única “ pega” , a la que no se acaba de acostumbrar el Joan C., es de no poder disponer de una buena botella de vino para acompañar estas suculentas viandas… habrá que esperar a Marrakech , Joan.
Luego la sobremesa, una animada charla, una siesta de sofá y juegos diversos hacen que la tarde pase rápidamente…. A media tarde aparece un grupo de Terrasa que lleva Xavi Arias, un viejo conocido de la Rosa y el Joan C., con el que habían coincido en el Treck del Everest y el Imtja Tsé , hace dos años. Tiene intención de subir mañana al Toubkal, pero el tiempo no pinta bien y no tienen casi de margen, la huelga de controladores les ha descolocado el programa.
Una animada charla compartiendo anécdotas y vivencias nos da paso a la hora de la cena y después con nuestra cita con el saco de dormir, deseando al cerrar los ojos que el día de mañana se presente mejor.
DIA 4- REFUGIO… Y MÁS REFUGIO.
Las previsiones se cumplen, el mal tiempo hace que intentar subir a las montañas sea una inconsciencia, por lo tanto nos vemos obligados a permanecer en el refugio a la espera que el tiempo mejore. El grupo de Xavi, ante la imposibilidad de ascender el Toubkal decide bajar a Imlil. El verlos partir en medio de la ventisca en dirección al valle, hace que algún otro grupo se decida a bajar. En el refugio solo quedamos los que tenemos algún día de margen para tratar de ascender al Toubkal.
Las horas de refugio se suceden…. chisten, animadas conversaciones, juegos, risas, alguna lectura y sobre todo muchas ganas de salir a la montaña y un ánimo y una moral a prueba de contratiempos. De vez en cuando aparece Alí con una tetera repleta de te caliente y acompañado por galletitas o por alguna que otra delicatesen, que sale como por arte de magia de las mochilas.
El día encerrados en refugio se hace largo y las horas se suceden lentamente, pero al final de la jornada nuestro encuentro con el saco nos hace soñar con un día de mañana mejor.
Ha llegado el “gran día”, y parece que el tiempo nos da tregua, con el sol luciendo, bajas temperaturas y un fuerte viento hoy nos “mediremos” con el grande del valle y su hermano pequeño. El Toubkal Este y el Oeste nos esperan. Varios grupos se prestan también para realizar su asalto.
Cuando salimos bien equipados hacia la montaña solo un grupo va delante de nosotros, son las 8 de la mañana y el viento sigue soplando fuerte, los demás grupos parece que vacilan un poco……Remontamos las primeras pendiente de nieve y Joan J.se da la vuelta, no ha ido fino estos días y hoy tampoco es el suyo… lleva una mala racha de montaña.
Cuando salimos bien equipados hacia la montaña solo un grupo va delante de nosotros, son las 8 de la mañana y el viento sigue soplando fuerte, los demás grupos parece que vacilan un poco……Remontamos las primeras pendiente de nieve y Joan J.se da la vuelta, no ha ido fino estos días y hoy tampoco es el suyo… lleva una mala racha de montaña.
El resto seguimos ganando metros con los crampones arañando la nieve dura. Al cabo de un rato cuando ya hemos superado la primera rampa hacemos un alto para respirar un poco, comer algo y beber un poco de té. Voy cerrando el grupo con Joan C. a mis espaldas, mi ritmo es pausado pero sin descanso, Joan C. me ha pedido que se lo marque y que evite las paradas prolongadas… sus 70 y pico de años son impresionantes, está hecho todo un campeón digno de admirar.
Entre fuertes ráfagas de viento que a veces nos hacen caer a la nieve seguimos hacia el collado que hay entre los “toubkales”. Una fuerte pendiente antes de llegar me obliga a abrir una traza nueva ya que la del grupo que llevamos delante no me gusta, me cuesta hacer las lazadas nuevas, pero poco a poco remontamos esos último metros antes de llegar al collado, miro hacia abajo, los pocos grupos que decidieron salir detrás de nosotros parecen que se han dado la vuelta. Nos agrupamos en el collado casi desprovisto de nieve por culpa de la acción del viento. Bego, que va a la cola del grupo decide no subir, tiene frío y se contenta subir hasta los 4040 m que marca el gps en el lugar donde nos encontramos, intentamos convencerla pero se niega, se queda con Alí a recuperarse y emprender luego la bajada.
Entre fuertes ráfagas de viento que a veces nos hacen caer a la nieve seguimos hacia el collado que hay entre los “toubkales”. Una fuerte pendiente antes de llegar me obliga a abrir una traza nueva ya que la del grupo que llevamos delante no me gusta, me cuesta hacer las lazadas nuevas, pero poco a poco remontamos esos último metros antes de llegar al collado, miro hacia abajo, los pocos grupos que decidieron salir detrás de nosotros parecen que se han dado la vuelta. Nos agrupamos en el collado casi desprovisto de nieve por culpa de la acción del viento. Bego, que va a la cola del grupo decide no subir, tiene frío y se contenta subir hasta los 4040 m que marca el gps en el lugar donde nos encontramos, intentamos convencerla pero se niega, se queda con Alí a recuperarse y emprender luego la bajada.
El grupo sigue con ganas, pero parece que los ciento y pico metros que nos quedan sean el doble. Cresteamos un poco y el viento disminuye al estar protegidos por la cresta del Toubkal. Pasamos una zona de flanqueo un poco delicada y ya podemos ver el enorme trípode que corona la cumbre de esta montaña… un esfuerzo más y será nuestra.
Solo nos resta algo más de veinte metros para llegar a la cumbre, cogidos del brazo y al unísono los recorremos y llegamos a la vez al punto culminante. La alegría y la emoción se hacen patentes, ha sido un gran esfuerzo pero ha merecido la pena.
La cumbre esta preciosa, el trípode metálico aparece cubierto por una capa de escarcha tejida por el viento que lo asemeja a un árbol de navidad. Bajo su estructura, los abrazos, besos y muestras de alegría nos invaden… los hemos conseguido. Copamos el lugar, las tres personas que han llegado antes que nosotros ya bajan y nos dejan el espacio necesario cumbre para disfrutar de la cima nosotros solos… una delicia.
El horizonte nos enseña las montañas vecinas vestidas con su manto blanco y de cuyas cumbres el viento arranca jirones de nieve. Unas fotos de testimonio, un último vistazo a la montaña y cogemos el rumbo de bajada. Nos cruzamos con un grupo que penosamente acomete los metros finales de la montañas, detrás de ellos… nadie. Una vez en el collado, decidimos subir al Toubkal Oeste y en poco mas de 30 minutos nos encontramos en la cima repitiendo en ritual que hicimos en la cumbre de su hermano mayor. La breve subida a este cuatro mil ,en época estival, se hace en apenas 15 minutos, ahora el camino que trepa por su ladera en busca de su punto más alto está cubierto de nieve, hielo y escarcha del viento haciendo más penoso recorrerlo.
La cumbre esta preciosa, el trípode metálico aparece cubierto por una capa de escarcha tejida por el viento que lo asemeja a un árbol de navidad. Bajo su estructura, los abrazos, besos y muestras de alegría nos invaden… los hemos conseguido. Copamos el lugar, las tres personas que han llegado antes que nosotros ya bajan y nos dejan el espacio necesario cumbre para disfrutar de la cima nosotros solos… una delicia.
El horizonte nos enseña las montañas vecinas vestidas con su manto blanco y de cuyas cumbres el viento arranca jirones de nieve. Unas fotos de testimonio, un último vistazo a la montaña y cogemos el rumbo de bajada. Nos cruzamos con un grupo que penosamente acomete los metros finales de la montañas, detrás de ellos… nadie. Una vez en el collado, decidimos subir al Toubkal Oeste y en poco mas de 30 minutos nos encontramos en la cima repitiendo en ritual que hicimos en la cumbre de su hermano mayor. La breve subida a este cuatro mil ,en época estival, se hace en apenas 15 minutos, ahora el camino que trepa por su ladera en busca de su punto más alto está cubierto de nieve, hielo y escarcha del viento haciendo más penoso recorrerlo.
Desde aquí vemos el otro lado de la cabecera del valle , el Ras y el Timesguida están tan cerca que casi se dejan tocar.
Bajamos por la ladera de la montaña arañando con los crampones una dura capa de nieve. Perdemos altitud con rapidez y a media bajada hacemos un alto para recuperarnos un poco del esfuerzo, ya que nuestro cuerpo nos pide algo de “combustible”, nos reguardamos detrás de una gran piedra y compartimos lo que llevamos… ya queda poco para llegar al refugio.
La pala de nieve que arranca del refugio y que a primera hora de la mañana hace resoplar a muchos grupos, la bajamos “por la directa” y cuando nos queremos dar cuentas estamos bajo los abrazos de Alí que ha salido a recibirnos, hoy solo han coronado el Toubkal tres grupos… y nosotros hemos sido uno de ellos. No ha sido una ascensión fácil, pero en nuestras caras se aprecia la alegría, la satisfacción y la ilusión que hemos puesto en esta jornada.
Es nuestro último día de estancia entre estas montañas, mañana bajaremos hacia Imlil y pasado nos reencontraremos con la bulliciosa y singular Marrakech, los días pasan y nuestras vacaciones se acaban. Pero no queremos terminar nuestra actividad en el Macizo del Toubkal sin ascender uno de sus cuatromiles menos concurrido y con un cierto sabor alpino invernal. Se trata del Akioud una bella montaña desde la cual se obtienen una espectaculares vistas de sus vecinos el Ras y Timesguida y de toda la cadena de los Toubkales.
Siguiendo el protocolo establecido en días anteriores nos levantamos temprano y después de un buen desayuno a las 07,30 horas ya estamos caminando hacia la montaña. El día está mejor, sigue haciendo viento, pero más moderado, y el cielo está despejado, hace frío.. bastante frío.
Seguimos el camino que se acerca hacia el Tizi Ounanouns y a los 20’ de caminar nos desviamos hacia la derecha y cogiendo la traza que se dirige hacia el collado del Afella y del Akoiud. Nos adentramos en una estrecha gorga que atraviesa la muralla rocosa que defiende la plataforma que se halla bajo estos picos. La garganta está impresionante, cargada de nieve donde los remolinos han formado curiosas formas y que le dan un aspecto fantasmal. Subimos por sus rampas de nieve dura con la ayuda de los crampones y cuando salimos de su estrechez, el sol nos acaricia con sus cálidos rayos e ilumina la gran cubeta de formas suaves que tenemos que atravesar.
Continuamos con rumbo al alto collado del Akioud, que se encuentra defendido por un pendiente corredor que tendremos que subir. Hacemos una pequeña parada para disfrutar del paisaje del lugar y a la vez comer y beber algo. El día aunque con un poco de viento y frío esta estupendo para subir a esta bella montaña que se alza desafiándonos, muchos metros por encima de nosotros .
Después de superar unas rampas nos encontramos en la extensa pala de nieve donde empieza el corredor, empezamos a ganar altura con algunas lazadas que se van comiendo los primeros metros del corredor. Inicialmente nos pegamos a la pared de la izquierda buscando la pendiente más propicia y después cambiamos a la derecha para superar su rampa más fuerte, la nieve está estupenda para cramponear con seguridad. Los metros finales los ganamos en línea recta hacia la brecha que se abre por encimas de nuestras cabezas.
Paramos unos metros por debajo del collado en una rimaya ciega formada al lado de la pared, en este lugar estamos protegidos del viento que sopla unos metros más arriba.
Después de este breve alto remontamos los últimos metros y superamos la brecha, desde aquí vemos lo que nos queda de ruta hacia la cumbre …..una arista salpicada de rocas y nieve-hielo, que presenta un aspecto feo… pero vamos a intentarlo. Alí, nuestro guía local intenta hacerme desistir de culminar la ascensión … su intento es en vano, nuestras ganas y nuestro empeño en conseguir esta cumbre le confirman mi decisión. Seguimos hacia arriba, busco la nieve compacta donde mejor agarran las puntas de nuestros crampones y después nos dirigimos a la zona de roca más segura donde poder encontrar buenos agarres y presas. El tramo final con más pendiente nos hace disfrutar de unas espectaculares perspectivas de las montañas de nuestro alrededor.
La cumbre no es muy grande, a duras penas nos podemos apiñar en ella para hacernos las fotos de rigor. Una breve estancia en la cima nos permite disfrutar del paisaje, al fondo el Toubkal, hoy parece que ha sido más benévolo con los grupos que han ascendido a su cima.
La bajada la hacemos con mucha precaución, a nuestros pies se abre una enorme vacio que no permite ningún error en su descenso. Asegurando los pasos y bien afianzados a la roca y el piolet destrepamos el itinerario, salvando los pasos más comprometidos y expuestos y buscando la ruta más fácil para descender. Sin novedad alcanzamos el collado y velozmente llegamos a la base del corredor, la nieve permite recorrerlo rápidamente. Hacemos un pequeño alto para reponernos y seguimos la ruta de regreso hacia el refugio.
Durante la bajada Rosa abre “ el baúl de los recuerdos “ y junto a Joan S. y Joan Francesc forman el trío “la,la,la”, amenizándonos la bajada con su extenso repertorio de canciones de los años 70 y 80 , sus voces adornan el amplio llano y retumban en la estrecha gorga. Sin darnos cuenta nos encontramos en la puerta del refugio, felices, contentos y con cara de haber disfrutado de un día de montaña maravilloso y lleno de satisfacciones.
Durante la bajada Rosa abre “ el baúl de los recuerdos “ y junto a Joan S. y Joan Francesc forman el trío “la,la,la”, amenizándonos la bajada con su extenso repertorio de canciones de los años 70 y 80 , sus voces adornan el amplio llano y retumban en la estrecha gorga. Sin darnos cuenta nos encontramos en la puerta del refugio, felices, contentos y con cara de haber disfrutado de un día de montaña maravilloso y lleno de satisfacciones.
El día amanece soleado, nos da pena tener que abandonar este lugar pero la realidad se impone a nuestros deseos y debemos volver hacia la civilización y reencontrarnos con la vida cotidiana. Hacemos de nuevo nuestras bolsas y petates y los volvemos a cargar en nuestras espaldas para recorrer el trecho hasta que se acaba la nieve y poder cargarlos en los sufridos burros que nos las transportarán a Imlil. Esta vez se hace menos duro que a la llegada, la aclimatación y el hecho de que es bajada, se hacen notar. Cuando llegamos al lugar indicado los animales de carga nos están esperando y cambiamos los papeles… y las voluminosas bolsas.
Ya aligerados de peso emprendemos el regreso por el largo valle que nos conducirá hasta Imlil. Por el camino nos encontramos con varios grupos que suben al refugio con la ilusión de poder conquistar el Toubkal, es una “fauna” variopinta..... excursionistas sin apenas equipo, montañeros que parecen el Coronel Tapioca, despistados que no saben ni a lo que van ni por donde, “barbies acompañadas por sus kens” que llegan al refugio con la “reserva puesta”… en fin todo lo que te puedes encontrar en lugares de fácil acceso y a los pies de una montaña de “ colección”.
Un descanso y un té en Sidi Chamarouch nos entona antes de continuar hacia los pueblos inferiores del Valle. Cruzamos el Plá de Around y a las puertas de esta población, la hija de Alí sale a recibir a su padre y a recogerle la mochila, los bereberes son muy amantes de su familia y muy hogareños. Seguimos la amplia pista que en varias lazadas nos deja a la puerta del Albergue. Mohamed sale a recibirnos y nos ofrece un té antes de asearnos y cambiarnos de ropa.
Una alegre cena preparada con esmero por Ahmed nos reconforta al ánimo y nuestros estómagos antes de irnos a dormir, cansados pero muy felices por el trabajo hecho. Mañana nos espera Marrakech y eso será más duro.
Una alegre cena preparada con esmero por Ahmed nos reconforta al ánimo y nuestros estómagos antes de irnos a dormir, cansados pero muy felices por el trabajo hecho. Mañana nos espera Marrakech y eso será más duro.
DIA 8- IMLIL-MARRAKECH
Cuando por la mañana nos subimos a la furgoneta que nos conducirá a Marrakech nos damos cuenta que estas montañas nos han hechizado, la sencillez de sus gentes, sus collados, sus cimas, sus largos valles , su paisaje de contraste de roca y nieve, nos han enamorado de este Atlas invernal y no será la última vez que lo visitemos y que esperamos poder disfrutar de estos lugares en ocasiones próximas .. pero esta vez con esquís.
Hoy solo nos resta de poder disfrutar de un Marrakech bullicioso y turístico, de volver a patear sus zocos y medina, de regatear mil y una vez para tratar de conseguir lo que nos han ofrecido a un precio que nosotros ( pardillos..¡¡¡) nos parece una ganga, de volver a ver la metamorfosis de la plaza de Jel el Fnna con la últimas luces del día, de disfrutar de una suculenta cena y una noche de ensueño en la Riad donde nos alojamos … un feliz fin de fiesta.
DIA 9- … A CASA
Han sido unos días estupendos en los que ha cabido de todo, montaña, amistad, frío y nieve, algo de sufrimiento, risas y alguna lágrima de emoción, amigos bereberes, buena comida, mucho de exotismo… en fin un sumun de experiencias que han hecho que esta actividad nos deje una pequeña marca en nuestro interior y que podamos recordarla como una bonita experiencia
No em canso mai de recordar aquells dies passats a l'Atlas, descobrir aquelles muntanyes i aquelles terres llunyanes va ser per a mi una experiència que sempre perdurarà dins la meva memòria i també dins el meu cor.
ResponderEliminarHas clavat el relat Antonio, igual que vas clavar el teu paper de guia. Espero que ens retrobem tots els que hi vam ser-hi, en algun altre lloc, en altres muntanyes, vivim altres aventures, però amb el mateix bon "rotllo" i amb la mateixa passió que sentim per la muntanya. Joan Francesc
Hola visite tu blog http://antonioyeli.blogspot.com y me resulto muy agradable,muy bellos los lugares que visitan, me encantaría que intercambiáramos links con una red de blogs que administro y de esta manera ayudarnos mutuamente a difundir nuestras páginas.
ResponderEliminarespero tu gentil respuesta.
muchos saludos
Rocio del Pilar
rocioreyna10@yahoo.com
Hola, antes de nada enhorabuena por este gran blog, estoy desarrollando un blog similar a este en Andalucía,
ResponderEliminarhttp://villanuevaactiva.blogspot.com/
He añadido vuestro blog a los blogs enlazados desde el mío. Si en algún momento incluis una lista de blogs me encantaría que apareciera el mío.
Un Saludo desde Vva de la Concepción.