DIA 15/04/2012. 1ª ETAPA Ischgl- Ref. Heidelberger
Desnivel: +562 m; -
932
Horario: 3.33 horas
Amanece el día gris y medio cubierto, dejamos las bolsas con lo innecesario en la pensión y
cogemos el bus que nos dejará en Ischgl,…. los buses que hacen el trayecto por
todo el valle son gratuitos.
A las 11 de la mañana decidimos coger el teleférico que nos subirá al Palinkopf a 2864 m donde comenzaremos la travesía. Aprovecharemos para hacer unas bajadas y así probar la “famosa nieve austríaca” y también con la esperanza de que mejoren las condiciones meteorológicas. Son las 13 h, cogemos el telesilla que no sube a la zona del Palinkopf y una vez en la cima, entre niebla y algo de viento nos equipamos, también aprovecho para conectar el GPS, pues intuyo que hoy nos hará falta. La visibilidad es escasa, apenas vemos en un radio de 15 metros y ayudado por el plano y el GPS iniciamos el descenso. Seguimos una pista hasta el momento que hace una giro a la derecha. El lomo que debíamos seguir está escaso de nieve y decidimos seguir bajando por una pista muy pendiente y sin pisar que nos deja próximos al Zeblasjoch. Aquí ponemos pieles y tomamos el rumbo hacia la Fourcla de la Val Gronda, collado que debemos pasar para llegar al Refugio de Heidelberger.
El paso no se ve, la niebla es espesa y el relieve apenas se aprecia. Para
tener mejor referencia decido que dos de nosotros vayan un poco más adelantados
y así desde unos metros atrás poder ir marcando la dirección a seguir, todo es
blanco y sin referencias. Si la cosa se empeora existe la opción de tirar valle
abajo para ir a Gampen y desde allí remontar el valle a buscar el refugio.
Después de progresar un buen rato a ciegas, ayudamos por el GPS, y de que Ramón,
que en ese momento iba en cabeza, se “comiera” literalmente una cornisa con su
merengue y todo, parece que el tiempo nos da una tregua. Vemos por fin el paso
y observamos que no somos los únicos que han decidido esta ruta en un día como
el de hoy. Divisamos a cuatro esquiadores que se van acercando rápidamente
aprovechando la huella que vamos abriendo.
Llegamos al collado al mismo tiempo que ellos, son los madrileños con los
que hemos coincidido en la pensión y que hacen el mismo recorrido que nosotros.
En el paso de la Fourcla de la Val Gronda a 2752 m, el tiempo vuelve a
empeorarse y después de tomar un trago de té y comer un poco, quitamos las
pieles y nos disponemos a iniciar el descenso. Descartamos subir al Piz de Val
de Gronda que está 60 metros más alto que nosotros e intuyendo la bajada y
siguiendo de nuevo el GPS buscamos un pequeño collado al norte del Piz Davo
Sasso que no conducirá a las palas superiores que están sobre el refugio.
Nos emocionamos con la bajada, la nieve, a pesar de que la visibilidad es
escasa, está estupenda y por ello perdemos unos metros más de lo que debíamos
de desnivel. Miro el track estamos desviados unos 100 metros al norte. A
nuestra izquierda se abre un abrupto barranco que cae casi a pico. Los
madrileños dudan, ellos no llevan track, sino que solo usan los waypoints y con
esta niebla y la orografía del terreno que nos es desconocida, es difícil la
orientación solo con puntos. Para enganchar de nuevo la línea de track tenemos
que bajar una cornisa de la que vemos el borde pero casi no se aprecia el
fondo, nos dejamos caer y… no era tan alta como parecía. Entre jirones y
jirones de niebla vemos las palas de la
Val Gronda y el valle de Fimberbach al fondo. Trazamos un larga diagonal y
cruzamos un lomo, la niebla aquí es menos densa lo que nos permite ver el fondo
el valle y por fin ver el Refugio de Heidelberger. Los madrileños se lanzan
ladera abajo, nosotros preferimos tomarnos un respiro y después hacer una
bajada disfrutando de la nieve.
Son las 16 h, después de 3 horas y media de actividad nos encontramos a las
puertas del refugio, es como un hotel, enorme y muy bien acondicionado, en el
interior, todo de madera y tipo chalet alpino, se respira confort y comodidad.
Nos registramos, duchamos y cambiamos y celebramos este primer día de travesía
con unas cervezas (por eso de reponer líquidos…) y una alegre y animada tarde.
Llega más gente, pero no esquiando si no en varias ratrac que suben
remontando el valle de Fimbertal desde Ischgl. Esquiadores, tableros, excursionistas
o simples visitantes del refugio…son descargados literalmente a las puestas del
edificio y eso que el tiempo no está para tirar cohetes.
Poco a poco el refugio se va llenando, a la hora de la cena la animación y
el ambiente es enorme. La cena, bien surtida y abundante y después disfrutamos
de una sobremesa donde nos juntamos con Fernando, Jose Luis, Miguel y Pedro,
componentes del grupo de madrileños, con los que echamos unas risas. Ana “La
Topis” instaura la ceremonia del “Topito d’Or” con el que premia…. cualquier
cosa premiable o simpática de los componentes del grupo. Yo tengo la suerte de
inaugurar el ranking con el Topito “a la navegación GPS del día”, para mí es un
honor y un privilegio.
Después poco a poco vamos abandonando la sala y nos vamos al “camarote de
los hermanos Marx”, que es como denominamos a nuestro dormitorio,
abarrotado de mochilas, ropa, equipo y
con mucho… mucho “calor humano”.
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