DIA 17/04/2012. 3ª ETAPA Ref. Jamtal-Pico Agstember (3.228 m)- Ref. Jamtal
Desnivel: +1386 m;
- 1.379 m
Horario: 8,07 horas
Amanece con una espesa niebla que casi no nos deja ver el paisaje, poco a
poco se va despejando y deja paso a un día espectacular, esta noche han caído
casi 40 cm de nieve polvo que sumada a un día radiante y despejado, hace que
tengamos delante de nosotros un paisaje de postal. Bueno parece que hoy nos da
tregua el mal tiempo, y todos nos apresuramos a preparar el equipo y desayunar
para así poder disfrutar cuanto antes de una prometedora jornada de esquí.
Son las 9 de la mañana cuando hemos comenzado la ruta, delante de nosotros
el grupo de madrileños que hoy tiene ganas de caña, detrás el resto de grupos.
Iniciamos el recorrido superando primero la fuerte pendiente de la loma que
sube desde la misma puerta del refugio, el ritmo es suave y la satisfacción
brilla en las caras de todos, en especial de la de Eli que está disfrutando
cada minuto de la travesía, para ella es un gran reto y realiza un esfuerzo muy
grande en cada etapa, quiere dar lo máximo y disfrutar también de la montaña,
sus paisajes, sus ascenso y sus descensos.
Hacemos un alto para quitarnos algo de ropa e hidratarnos, nos pasan los
del CEC con su “simpatía arrolladora”
permanente. Una vez que hemos superado el largo espolón delante de nosotros se
abre delante el glaciar de Chalausferner al que accedemos por debajo del
Augstenköpfe, pico con una ladera de aspecto avalanchoso.
Vemos perfectamente la huella que los madrileños se están currando, sube
haciendo zetas por el centro del glaciar en busca de un paso sobre la muralla
que cierra el valle, es la Fuorcla de Chalaus a 3.003 m, que da acceso a las
ladera meridionales del Augstenberg.
El remontar la ladera en busca del paso se hace cada vez mas penoso, a la
pendiente se une la cantidad de nieve acumulada y llega un momento que nos
descalzamos los esquís y remontamos los últimos metros con los crampones.
La
pendiente es acusada y el último tramos está duro y hay rocas. Uno a uno, con
los esquís a la espalda vamos remontando el paso y saliendo de la fría sombre
que cubre la ladera nor-oeste de la muralla. Al otro lado continua el
espectáculo mágico de sol y cumbres que cubre el horizonte. El Ausgstemberg,
aún está lejos, tendremos que perder altura para sobre pasar una cresta
morrénica que flanquea el glaciar Vadret da Chalaus. El sol calienta y una vez
hemos perdido los metros de desnivel necesarios, volvemos a poner la pieles y
ya si emprender el ascenso del pico.
La primera parte del recorrido es bastante suave, pero poco a poco la
pendiente se va acentuando y conforme nos acercamos a la ladera oeste del pico
el progresar se va haciendo más difícil. Las rocas y tramos helados dificultan
la ascensión y es por lo que algunos decidimos colgarnos los esquís y continuar
con los crampones.
Sin ninguna dificultad superamos la cresta rocosa del
Augstemberg Norte y nos encontramos todos en su cumbre. Todos los grupos hemos
convergido a la misma hora y casi el momento en el último tramo de la montaña y
poco a poco se suceden las fotos de recuerdo y las prisas por calzarse los
esquís e iniciar del descenso y encontrar la gran pala del Augstemberg blanca e
impoluta de huellas.
Nosotros disfrutamos de paisaje y del momento y poco a poco iniciamos en
descenso. Desandamos la cresta y nos encontramos donde empiezan los resaltes
rocosos, nos calzamos los esquís, aseguramos mochila y equipo ,“cerramos
escotilla” y nos lanzamos en busca de la nieve polvo que cubre la gran pala. La
ladera es un enorme campo de huellas, giros y dibujos que han dejado los que ya
han bajado, pero hay sitio para todos, solo hace falta desplazarse un poco más
hacia el nor-oeste y encontrar zonas vírgenes. El placer de deslizarse en esta
nieve virgen es indescriptible, esta nieve suelta, polvo, esquiable y amable no
la encontramos en nuestro Pirineo, por lo tanto hay que disfrutarla. Después de
terminar un repertorio de giros y virajes me detengo y miro hacia atrás, todos
se han lanzado como locos en busca de “su huella”. Veo a Eli concentrada en sus
virajes, con buen ritmo y buena técnica los encadena hasta que de tanto en
tanto para recobrar el aliento. De vez en cuando un despiste o un fallo hace
que después de un viraje veamos una nube de polvo…. natón de campeonato¡¡¡ el
implicado se levanta a duras penas debido al paquetón de nieve y cubierto de
merengue se lanza de nuevo en busca de la pendiente.
Exhaustos pero con una gran cara de felicidad, paramos en el punto que
tenemos que terminar la bajada para remontar la morrena y subir de nuevo a la
Fuorcla de Chalaus. Estamos eufóricos y en un rato hemos disfrutado de una
bajada y una nieve maravillosa. Ha sido un descenso irrepetible y para muchos
ha sido el primer contacto con la famosa nieve polvo de la Silvretta.
Remontamos de nuevo la Fourcla y con atención destrepamos su parte oeste,
al pie de la muralla de nuevo nos calzamos las tablas y más de lo mismo, nieve
polvo, virajes, alguna caida, sonrisa y muchas caras de satisfacción.
Coincidiendo con uno de los varios “galletones” del Paquito, paramos para
reponer fuerzas y beber algo. Sobre la muralla oeste del Augstenköpfe, caen las
avalanchas, una pequeña primero, luego se sucede otra que corta la huella de
subida y al cabo del rato otra de mayor dimensión que cubre casi toda su
ladera. Es espectáculo es sobrecogedor. A nosotros no nos influye pues nuestra
ruta de descenso la hemos variado y haremos un flanqueo más al oeste para
llegar al refugio por el valle del glaciar de Jamtal, en vez del por el
espolón. Pero avalanchas nos hacen recordar que no debemos dormirnos, es casi
medio día y el sol calienta.
De nuevo ladera abajo, la nieve se va transformando y se hace más pesada,
esto nos hace buscar las palas donde el sol no incide tanto. Luego viene una
larga diagonal que nos conducirá hasta casi las puertas del refugio.
Ha sido una jornada fantástica, a la estupenda nieve polvo que hemos
encontrado, sumamos un día maravilloso y unas vistas inmejorable… no podemos
pedir nada más. Han sido 8,15 h de actividad, hemos llegado al refugio sin
novedad feliz, contenta y con muchas ganas de continuar. Lo celebramos con una
ronda de cervezas, un placer.
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