Parece que el día nos da un poco
de tregua, solo una fina llovizna, que después desaparecerá abre la jornada. En la gitê hay un grupo que
realiza un recorrido por el valle y unos suizos que tienen intención también de
hacer el M'Goun.
Desayunamos y salimos pronto,
pero tenemos que esperar a la mula para ver si puede cruzar. Nos acercamos al rio
y comprobamos que baja bastante crecido y mientras viene la mula, damos una
vuelta por los alrededores, Eli ríe y juega con los numerosos niños, que
curiosos se acercan a mirarnos, les reparte bolígrafos y lápices, haciendo las delicias de los peques.
Por lo que se ve la mula no
tendrá problemas en el cruce y nosotros remontamos el rio por su margen
izquierda en busca de un lugar que nos ofrezca mejores condiciones para atravesarlo.
Encontramos un lugar donde el
agua baja con menos fuerza y el barranco es menos profundo. Nos descalzamos y
con agua hasta las rodillas ganamos la otra orilla. La fuerza del rio es muy
grande y su cauce arrastra numerosas piedras que nos golpean los pies con violencia.
Por una estrecha senda paralela
al barranco remontamos el valle en dirección al otro vado que tenemos que
cruzar antes de cambiar de orilla. Sahib con la mula nos adelanta, ha cruzado
sin ningún contratiempo estas mulas son todoterreno, anfibias ….. y se dirige
con buen paso hacia el Refugio de Tarkedit, que es el fin de etapa de hoy.
Este segundo vado tiene más mala
leche que el primero, con más agua, más
corriente y más piedras. Lahcen salta entre unas piedras y casi va a parar al
agua. Eli y yo, agarrados y con ayuda de los bastones cruzamos la corriente con
bastantes dificultades.
El día abre por fin y el valle se
ensancha, a lo lejos entre un alto collado, aparece la pirámide de uno de los
picos de la cresta del M'Goun, esta toda nevada y muy venteada lo que nos hace
intuir las condiciones con las que nos recibirá
la montaña.
Llegamos a Azib Ikkis o "
cabañas de pastores" como denominan a este lugar.Cambiamos de dirección y
nos dirigimos hacia el S.O , al Tizi
-n-Tarkkedit de 3.400 m de altitud, pero para llegar a este collado, primero
tendremos que superar otro paso de 3.200 m.
Nos adelantan varios pastores nómadas
que a lomos de sus mulas regresan a sus campamentos después de haber estado en
la feria de Tabant, al igual que nosotros no pudieron cruzar ayer el rio y van
con prisa para regresar a sus rebaños.
Empezamos a ver los primeros
asentamientos de pastores nómadas que en época de verano habitan esta región.
Durante cuatro meses su hogar son pobres cabañas hechas con piedras, oquedades
entre las rocas y los más afortunados jaimas
hechas con piel de oveja o dromedario que transportan en su mulas, una
vida muy dura y en condiciones muy precarias como podremos constatar mas
adelante.
Por un sendero bastante cómodo y
bien trazado, superamos el primer collado de 3.161 , ahora solo nos resta 239 m
de desnivel para alcanzar el Tizi-n-Tarkkedit, paso clave para acceder al Plató
y Refugio de Tarkeddit a 2.910 m.
Hace viento y el día se está
estropeando por momentos, lo cual hace que apresuremos el paso, pero la altura
ya comienza a notarse y llevamos muchas horas y metros en las piernas, por lo
que se impone una parada en el collado para reponer fuerzas.
Una vez repuestas las fuerzas,
emprendemos el largo descenso hacia el refugio, el camino se hace más abrupto y
rápidamente perdemos altura buscando el fondo del plató. Conforme descendemos
podemos contemplar las formas caprichosas con las que el viento y los elementos
han ido esculpiendo la rocas de la zona, formando en ellas caprichosas formas
que dan un halo misterioso al paisaje.
Así pues después de una larga jornada de 8 horas y media, 1580 m de desnivel positivos, unos 500 m de negativo, llegamos a nuestro final de jornada, el refugio de Takerddit.
El refugio es una pequeña construcción en medio del plató, antes estaba en muy mal estado, ahora dicen que lo han reformado, pero viendo su estado, dejadez y ......., no me quiero imaginar cómo sería “el antes”. En la actualidad está guardado, pero de su responsable mejor no hablar mucho, su trabajo se reduce a revolotear sin hacer casi nada, a cobrar a los que no lo usan y plantan su tienda en las zonas cercanas y a poco más. Viendo el estado de los baños, vemos que no es muy pulido el chico y que hasta le cuesta el encender la única estufa de leña que hay en el salón comedor. Y de los precios no hablemos.... casi a coste de un refugio de Alpes.... casi ná ¡
Por suerte nosotros solo hacemos
uso del dormitorio y salón, ya que Sahib cocina para nosotros y nos recibe con
un plato de arroz, atún y ensalada, acompañado con abundante te, que nos hace
resucitar.
Al principio parecía que estaríamos
pocas personas en el refugio, aparte de nosotros, los belgas y un matrimonio de
California, nadie más.... pero el tiempo empeora y van apareciendo algún grupo,
unos checos que acampan a la puerta y un grupo muy numeroso de jóvenes polacos
" una especie de grupo boy scout"
que llegan en unas condiciones preocupantes, extenuados, mojados y
algunos de ellos con síntomas de agotamiento, con unos armarios de mochilas que
daban miedo y con una equipacion de equipo de montaña que daba más miedo aun.
Les dejamos sitio y en el frio refugio
la temperatura sube rápidamente, está abarrotado sus escasas 24 plazas se han ocupado
por completo, nuestro "amigo" el guarda , se frota las manos, hoy si
hay negocio.
Se me acerca una chica que habla un
castellano casi perfecto, alguien les ha dicho que nosotros íbamos al M'Goun y
que teníamos experiencia en montaña.... me dice que alguno de ellos también
quieren subir, pero que no tienen experiencia y le da respeto el estado de la
nieve. Miro sus "botas y equipo" y le digo con buenas palabras que no
puedo hacerme responsable de un grupo de personas que no conozco, sin experiencia y encima en las condiciones en
las que está la montaña..... entiende la respuesta y me da las gracias, se da
la vuelta.
MARTES, 23 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Nos levantamos muy temprano, casi
antes de que amaneciera, la noche ha sido muy fría y el viento continua
soplando con fuerza. Detrás de la cresta del Ma’Goun, relampaguea, lo que hace
que demoremos un poco la salida, en espera de ver cómo evoluciona la tormenta,
no debe ser muy agradable capear una tormenta en esta cresta tan expuesta a los
elementos.
La tormenta se desplaza hacia el
oeste y nos apresuramos a estar
preparados. Antes que nosotros salen tres grupos, los belgas que van con guía,
un grupo de tres checos y tres de los polacos que la noche anterior nos
pidieron compartir nuestra ascensión.
En un ”pis pas” desayunamos y ya
estamos listos. El plan es que Eli y yo intentemos la cumbre por su cara norte
y Lahcen, acompañe a Sahib y la mula a pasar el collado de Tizi-n-Iquandoul,
que da paso a la parte sur de la montaña. Una vez que el animal cruce el
collado Lahcen recorrerá parte de la cresta a
encontrarnos en el M’Goun W.
Los grupo anteriores, salvo los
belgas, se dirijen al Tizi-n- Iquandoul , para ganar la larga cresta y así
llegar al punto culminante de la montaña, un largo recorrido que nosotros
evitaremos accediendo directamente a la cresta cercana a la cumbre por su cara directa
norte.
Conforme nos ponemos a caminar,
el frio va desapareciendo, no así el viento, que nos acompañara con fuertes
rachas en casi todo el recorrido. Poco a poco vamos ganando metros a la montaña
y después de atravesar la llanura que se abre delante del refugio, nos dirigimos a la segunda vaguada
que se encuentra a la izquierda del Tizi.
El paisaje se va transformando por momentos, es un paisaje lunar, piedras de todo tipo y formas siembran la montaña, la vegetación escasea y muy cerca vemos definida la línea que pasa del ocre al blanco… llegamos a la nieve. Eli pisa el primer nevero y confirma lo que se veía venir, la nieve esta dura, muy dura. Es increíble como esta nieve recién caída apenas hace dos días , se ha transformado en una nieve dura, semblante a la nieve primavera que nos encontramos en el Pirineo a final de la estación. No llevamos crampones ni piolet…. ¿para que los queríamos ? si no hay nieve en esta época y si la hay, es recién caída y estará blanda…..ja,ja,ja, todavía me recuerdo de esta reflexión. Que mala suerte en haber topado con este frente frio que ha dejado la montaña como a principios de invierno…ahhhh…. Y menos mal que llevamos botas, porque en verano con unas simples zapatillas de treking se puede caminar por la zona.
El paisaje se va transformando por momentos, es un paisaje lunar, piedras de todo tipo y formas siembran la montaña, la vegetación escasea y muy cerca vemos definida la línea que pasa del ocre al blanco… llegamos a la nieve. Eli pisa el primer nevero y confirma lo que se veía venir, la nieve esta dura, muy dura. Es increíble como esta nieve recién caída apenas hace dos días , se ha transformado en una nieve dura, semblante a la nieve primavera que nos encontramos en el Pirineo a final de la estación. No llevamos crampones ni piolet…. ¿para que los queríamos ? si no hay nieve en esta época y si la hay, es recién caída y estará blanda…..ja,ja,ja, todavía me recuerdo de esta reflexión. Que mala suerte en haber topado con este frente frio que ha dejado la montaña como a principios de invierno…ahhhh…. Y menos mal que llevamos botas, porque en verano con unas simples zapatillas de treking se puede caminar por la zona.
Vemos tres puntos que se nos
acercan, cuando los alcanzamos vemos que son los belgas con su guía. Se dan la
vuelta, no llevan calzado apropiado y la nieve está muy dura.
Nosotros seguimos ascendiendo, al
principio la pendiente no es muy fuerte y nuestras botas se agarran, vamos aprovechando la piedras que sobresalen
en varios lugares. Poco a poco la pendiente se acrecienta, apoyándome en los
bastones voy haciendo huella con la bota en la dura costra que cubre la ladera,
Eli va peor ya que lleva unas botas blandas y le cuesta aguantar el equilibrio,
pero cuando le sugiero que nos demos la vuelta, su respuesta es ….”intentemos
seguir hacia arriba mientras podamos”.
Así patada, tras patada, escalón
tras escalón, vamos ganando metros. En algunas zonas la nieve se deja trabajar
mejor, voy buscando estas zonas donde el color de la nieve es diferente y me
permite hacer huella con menos esfuerzo y poco a poco voy trazando el
itinerario, a veces en zig-zags, otras todo recto, todo depende de la dureza de
la nieve y la forma del terreno. Al fin alcanzamos una especie de vaguada que
en diagonal nos saca de la fuerte pala de casi 40º que hemos logrado superar,
la verdad es que nos la hemos jugado un poco.
Aquí el viento nos da un respiro,
y después de un descanso nos dirigimos a bordear por el N.E el M’Goun W. La
nieve cambia y se convierte en una costra en la que de vez en cuando nos
hundimos hasta las rodillas. Estamos justo debajo de la pirámide rocosa del
M’Goun W, a unos 150 metros de desnivel por debajo de su cumbre, para llegar al
collado que se abre a nuestra izquierda y que da acceso directo a su cima hay
que cruzar una pala muy pendiente y expuesta lo que no me hace mucha gracia ,
así que aprovechamos una especie de cresta formada por el viento y que sube
directa a su cumbre, además aquí la nieve esta más blanda.
Cuando nos queremos dar cuenta ya
estamos en la cima rocosa de este pico de 3978 m, ante nosotros hacia el sur se
nos abren los extensos valles que rodean esta montaña y los profundos barrancos
que a modo de cicatrices modelan la vertiente más meridional de la montaña. Su
cara sur es mucho más suave y sus extensas laderas bajan suavemente al
encuentro de los valles vecinos.
A nuestra derecha e izquierda, se
perfila la larga cresta de la montaña, suave, redondeada, pero ahora bien
cubierta con un gran espesor de nieve. De Lahcen ni rastro, ni tampoco del
resto de los grupos que habían salido antes y que ya se deberían dejarse ver por la cresta. Seguramente se habrán dado
la vuelta, luego nos enteramos que unos se perdieron y no encontraron el
itinerario y los otros ni siquiera llegaron al collado.
Esperamos un buen rato y seguimos
sin ver a nadie en la cresta, empezamos a preocuparnos, nos damos un tiempo a la espera de nuestro
amigo y si no haremos la cresta en el sentido inverso para ir en su busca,
aunque que ello nos cueste renunciar a la cumbre.
Cuando nos disponemos a emprender
el regreso, a lo lejos vislumbramos un puntito que se dirige a buen paso en
nuestra búsqueda, es Lahcen.
Media hora más tarde , nos
encontramos en el punto acordado, viene cansado , la subida le ha agotado. Nos
cuenta que la mula no ha podido pasar el collado y que ha tenido que regresar
al refugio. El, después de que regresara la mula, ha vuelto a subir al Tizi y
con mucho trabajo, por el estado de la dura nieve, ha ganado la cresta y ha venido
en nuestra búsqueda, sabía que nosotros
bajaríamos, pero prefirió ir a nuestro encuentro y acompañarnos, todo un
detalle y todo un palizón , todo sea dicho.
Después de un breve descanso, los
tres nos dirigimos a la última parte de la cresta , donde se encuentra los tres
picos de cuatro mil metros que conforman la cumbre de la montaña y que
alcanzamos una hora y media más tarde.
Es todo un placer y un
espectáculo encontrarse en lo alto de esta montaña, solo nosotros tres, nadie más,
solamente acompañados por el viento, la soledad y unos paisajes dignos de
gastar muchos gigabytes de la tarjeta de memoria de nuestra cámara.
Se levantan nubes y jirones de
niebla nos envuelven, el viento nos zarandea y decidimos volver. Debido a que
la mula no ha podido pasar el Tizi, nos vemos obligados a rectificar nuestro
itinerario, tendremos que volver al refugio y mañana comenzar a bordear la
montaña por el este. Decidimos bajar hacia el refugio por el mismo itinerario
de nuestra subida, con la confianza de que la nieve se haya reblandecido un
poco y así fue.
La bajada es rápida, M’Goun W,
cresta, vaguada oblicua, la fuerte pala… y cuando nos queremos dar cuenta nos
encontramos en la fina línea que delimita el fin del blanco elemento,
aprovechamos para hacer un descanso y comer algo, ahora solo queda alcanzar el
refugio por un senderillo carente de dificultades.
Antes de llegar al refugio, paramos
en la Fuentes de Tessaout, manantial cercano, donde cargamos los camel back y
nos hidratamos convenientemente.
A la llegada al refugio, Sahib,
no prepara un té y seguidamente un plato de pasta que devoramos con rapidez. Han
sido ocho horas y media, más de 1420 m de desnivel tanto positivo , como
negativo y una laaaaarga cresta, a una altitud media de más de 3.900 m.
Debido a las condiciones de la
montaña, los 3 grupos que han intentado la montaña hoy se han dado la vuelta y
los que hoy ha llegado con esa pretensión para mañana, replantean sus
itinerarios y descartan la opción de cumbre.
Hemos sido los únicos que han
subido a la montaña desde hace 5 días y creo que en los próximos nadie más lo hará,
a no ser que lleven crampones.
Como premio, la montaña nos
obsequia con un atardecer de foto y el refugio es solo para nosotros, nadie más
……
MIERCOLES, 24 DE SEPTIEMBRE DE
2014.
Tenemos que rehacer el itinerario,
la mula no pudo pasar el Tizi y solo tenemos dos opciones, dar por finalizada
la actividad y volver por el mismo camino por el que vinimos y/o bordear la
montaña por el este para salir a la zona sur del macizo.
Elegimos esta última pero esto
nos obligara a doblar etapas, ya que seguimos teniendo los mismos días y
tenemos que estar en Marrakeck el viernes a la noche.
Salimos temprano del refugio, el
plató está tranquilo, el día soleado, hace un poco de viento, pero no hace
frio. Hay varios campamentos de los grupos que hoy tenían que intentar el
M’Goun, han tenido que cambiar los planes
y solo subirán hasta la nieve.
Tomamos dirección N.E, en busca
de la bajada hacia el valle que recoge aguas de la cima del M’Goun, antes de
iniciar el descenso, nos adelanta un grupo de mulas en la que marcha Sahib,
rápidamente las perdemos de vista. Vamos recreándonos en las formaciones
rocosas y resecas que nos flanquean y a nuestra derecha la imponente muralla de
la cresta nevada de nuestro M’Goun.
El descenso al valle es rápido y
seguimos el cauce del barranco que se dirige a las Gorges d’Arous, que se abren
enfrente nuestro. Después del cruzar el rio, abandonamos el cauce e iniciamos
el ascenso del Tizi n’Agoumar que se encuentra a 2969, casi cuatrocientos
metros por encima de nosotros. Adelantamos un grupo de franceses que van a
dormir al Assif Amougr Saln, un valle paralelo al nuestro. La subida es suave y
descansada, el terreno es pedregoso, pero no presenta dificultades. Un poco más
arriba observamos que una mula ha resbalado y caído por la pendiente, tirando
toda la carga. El animal está herido levemente, pero se levanta y vuelve a
cargar los bultos, son muy duros estos animales, luego observamos que cojea un
poco y el mulero nos dice que le falta visión de un ojo, por eso ha caído.
Alcanzamos el Tizi sin
contratiempo y aprovechamos su lado soleado y a resguardo del tiempo para tomar
un bocado, ante nosotros se abre el larguísimo valle del Assif-n-Oulilimt de más
de 20 km de longitud y que hoy tendremos que recorrer. Es un lugar precioso, flanqueado por un lado por
la cresta del M’Goun y por el otro por el
Ighil Tinoughrine de 3266 m. Por su fondo discurre un rio que recoge el agua de
todos los barrancos que bajan de las montañas y es el hogar veraniego de
numerosos grupos de pastores nómadas que cuidan sus rebaños de cabras, ovejas y
dromedarios.
El transitar por este valle, nos
ofrece escenas que parecen trasladarnos muchos siglos atrás, los pastores, sus
toscas viviendas hechas de piedra, sus rebaños, los niños que se acercan a
nuestro paso con curiosidad….todo ello ya lo hemos vivido en otros países y
lugares, pero aquí adquiere una forma especial y más natural, sobre todo la espontaneidad de los chiquillos y la vivacidad de sus rostros infantiles.
Vamos devorando los kilómetros y
en un estrechamiento del rio, nos encontramos a nuestro cocinero que ha
preparado la comida, una buena ensalada acompañada de abundante pasta y te….un festín
para nuestro voraz apetito. Comemos con ganas y observamos como unas mujeres
lavan las lonas de piel de camello de su jaima en el rio.
De nuevo en marcha, ahora el
camino abandona el cauce del rio y va ganando altura por su margen izquierda
intentando salva las estrechas gorgas
que se abren a nuestro pies, es un sube y baja constante y matador. De
tanto en cuanto nos encontramos con alguna vivienda de los pastores que se
encuentran cercanas al rio. En algún punto el camino sigue por el cauce, pero
debido a las últimas precipitaciones es imposible transitarlo al bajar el rio con fuerza, por lo cual
tenemos que tomar más de un sendero nómada
que sube por la ladera, escapándose del rio. Estos senderos no están muy
marcados y no figuran en el plano que llevo, pero Lahcen los conoce.
Por fin el valle se ensancha de
nuevo y podemos seguir el cauce, ahora toca mojarnos los pies porque tenemos que
cruzar el rio en más de una ocasión. Al
principio nos descanzabamos , pero al final ….acabamos con las zapatillas en el
agua y los pies bien mojados……
El rio hace una curva y vemos una
construcción con buena pinta, Lahcen nos dice que es un refugio que está
abandonado hace tiempo y que daba cobijo a la gente, está en un lugar muy
estratégico en medio de dos barrancos y cercano a la senda que nosotros tomaremos
mañana.
Más adelante nos encontramos con
un típico granero de estas tierras el Tighremt-n-Aït-Ahmed ( El granero de
Ahmed) haciendo alusión a lugar donde dormiremos hoy. Es una construcción hecha
de bloques de barro donde los habitantes del pueblo guardaban el grano para
protegerlo de los robos. Estaba guardado por un vigilante que se cuidaba de su
custodia. Ahora está en ruinas.
Cruzamos el rio por última vez y
nos dirigimos a Talat Righane, pequeña aldea donde dormiremos esta noche, es un
oasis verde en medio de tanto secarral. Como en las poblaciones ribereñas de la
zona, el pueblo está colocado a la orilla del curso de agua, donde los huertos,
los cultivos y los árboles frutales, dan una pincelada verde al cauce del
rio, fuera de esto, la sequedad y la
aridez. Nos alojamos en una Gitê d’Etape muy precaria, pero al menos tendremos
un techo, un colchón, una ducha y una buena cena, no podemos pedir más para
acabar una larga jornada de más de 9 horas y media, y con más de 30 km y unos
1100 m de desnivel positivos.
Después de una buena ducha, damos
una vuelta por la pequeña aldea, para la gente es la hora de volver de los
trabajos del campo y del ganado. No hay luz eléctrica y en muchas casas tampoco
agua corriente, pero a los lugareños se les ve sencillos y amables.
Ahora toca una buena cena, Lahcen
ha comprado un pollo que Sahib cocina con esmero y nos prepara una tajine de carne
deliciosa.
Después de la dura jornada, ahora
vamos a descansar para afrontar un nuevo
dia.
JUEVES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2014
El lado sur de la montaña
Hoy cambiamos de vertiente,
atravesamos dos altos collados y caeremos al lado sur de la montaña, también
será una larga jornada.
Nos levantamos temprano, al alba.
Luego viene la rutina, aseo, desayuno y preparación del equipo para que la mula
pueda salir cuanto antes.
Mientras cargan el animal, Eli se
entretiene con unos niños, les enseña la cámara con las fotos de los días
pasados. Ellos la miran con cara divertida y le van haciendo gestos conforme
pasan las fotos…la nieve, las ovejas, los dromedarios, la gente… es como un
juego para ellos… mientras tanto yo consigo hacerles alguna fotos fotos.
Salimos del pueblo con la
dirección por donde vinimos ayer. Toca descalzarse para atravesar el rio, el
agua baja helada, pero calentamos los pies rápidamente en la subida que nos
espera.
Pasamos de nuevo por el Tighremt-n-Aït-Ahmed (El granero de Ahmed), y
vemos la familia nómada que vive en una cueva al lado mismo. Que condiciones de
vida más precarias……, pero es su modus vivendi.
Iniciamos la senda que discurre
paralela al Aflafal pool, barranco abrupto por donde discurre un reguero de
agua que nace unos metros más arriba. La senda zigzaguea y sube sin tregua,
pasamos al lado de un rebaño de dromedarios que pastan en este lugar, comen
plácidamente y nuestra presencia ni les altera , luego siguen pausadamente
nuestros pasos a distancia.
Un poco más arriba nos cruzamos
con un pastor con su rebaño de cabras , nos saluda y nos da los buenos días, le
convidamos a dátiles y frutos secos que agradece con una sonrisa, se los guarda
en el peculiar “bolsillo” de su chilaba… su capucha.
Un pequeño alto antes de afrontar
el repecho final nos da la oportunidad de contemplar el paisaje. Vemos el largo
valle por el que ayer bajamos, enfrente nuestra la cresta alargada del Adrar Waougoulzat
, con su máxima altura el Tagafayt de 3763 m. Al fondo las fértiles riberas de
los pueblos y aldeas del valle del M’Goun. A nuestras espaldas la larga cresta
de la montaña que hoy atravesaremos. Camufladas en oquedades o sitios a resguardo, chozas o
lugares habitados por los nómadas y algún que otro rebaño de cabras y ovejas
que recorren la montaña bajo la mirada atenta de su pastor.
Afrontamos este último repecho
por la senda que entre lazadas le come los metros a la ladera. Cuando nos
queremos dar cuenta, ya estamos en el Tizi-n-Ounza de 2960 m de altitud. Este
collado en su parte superior forma una extensa llanura que cruzamos antes de
encararnos en una especie de vaguada que baja suavemente al encuentro de una
pista que viene del oeste.
En este solitario punto nos
cruzamos con algún que otro nómada que a lomos de su burra, regresa a su
campamento llevando los productos básicos que ha adquirido en los pueblos del
valle.
Una vez sobre la pista, la
seguimos en bajada hasta llegar a una hondonada a los pies de otro collado,
adornado por una alta antena de telefonía. Todo hay que decir que aquí hay
cobertura de móvil por todas partes, ya que en los altos collados hay plantadas
antenas que dar servicio a todo el territorio. También vemos una pista de reciente
construcción que toma dirección al collado y sirve de comunicación entre las
dos vertientes de la montaña.
A los lejos vemos nuestra mula y
a Sahib, ha hecho un alto y preparado la comida que ya está lista cuando
llegamos. Una potente ensalada de verduras y hortalizas nos reconforta y nos
prepara para la última parte del camino antes de llegar al valle. Hace mucha
calor y a esta hoya nos estamos achicharrando por lo que decidimos después de
tomar una taza de té ponernos en marcha. Eli y yo comenzamos a caminar por la
pista y Lahcen se queda con sahib ayudándolo a recoger, ya nos alcanzara.
Vamos evitando la pista cogiendo
algún que otro sendero que acorta las lazadas. Rebasamos a un rebaño de ovejas
y cabras con su pastor y llegamos al Tizi el Fougani de 2997 m. Aquí hace
bastante viento y nos resguardamos entre unas piedras a la espera de Lahcen y
Sahib que ya suben por la pista. En collado hay una gran antena alimentada por
plazas solares, sale a nuestro encuentro un joven con chilaba, es el guardián
de la antena y vive en una cabaña de piedra al lado mismo de la antena. Nos
invita a un té y aceptamos gustosos el ofrecimiento. Nos enteramos que junto a
su hermano se cuida del mantenimiento de la instalación y de que nadie se lleve
alguna placa solar, están todo el año, invierno y verano. En invierno la pista
queda cortada muchas veces por la nieve.
Nos despedimos del joven y del
pastor del rebaño que se ha añadido a la reunión y encaramos la ladera hacia el pequeño poblado
que se aprecia en el fondeo del valle, 900 metros de desnivel abajo.
Como la pista hace multitud de revueltas,
cogemos un sendero que directamente encara pendiente abajo. En el valle de
color marrón apreciamos el lecho del curso de agua marcado por la vegetación.
De vez en cuando vemos alguna furgoneta o camión pequeño que circula por la pista,
lo cual nos dice que existe tránsito de gentes y mercaderías en la zona y que
no esta tan aislada como los valle que hemos recorrido en días anteriores.
Nos vamos acercando al pueblo,
este ya cuenta con tendido eléctrico y agua corriente en las casas, luego nos
enteramos que un francés y una asociación de su país se ha cuidado de propiciarles
necesidades básicas y un poco de confort a estas poblaciones de montaña.
Pasamos al lado de la escuela, un
montón de chiquillos juegan en la puerta y chillan y ríen, alguno de ellos
tienen hasta alguna bicicleta, esta zona está más desarrollada….
Nos alojamos en la Gitê d’Etape
Chez Ali, que con una inscripción en la puerta nos da la bienvenida “
Bienvididoss” dice, esto nos saca una
sonrisa.
El alojamiento está bastante
bien, los dormitorios son amplios y un espacioso salón con alfombras nos acoge
a la hora del té. Cuenta con cuarto de baño y ducha de agua caliente, un
lujazo.
Antes de la cena, recorremos el
pueblo y observamos la vida rural. Aquí la mujer es la que lleva todo el peso
de la casa, del campo, de cuidar niños y los animales. La gente se va
recogiendo, vemos muchas mujeres cargar con pesados fardos de hierba o leña a
sus espaldas y que se dirigen a casa. Otras con varios niños pequeños se cuidan
de dar de comer a los animales. Hombres pocos, o están en casa o están tomando
te o café en algún pequeño comercio. Intentamos plasmar estos de talles con
nuestra cámara de fotos y video, siempre con la máxima discreción y respeto, ya
que esta gente no son amantes de que se les fotografíe y nosotros no queremos
ser irrespetuosos con sus deseos.
Es nuestra última cena con Sahib,
mañana temprano, cogerá la mula y marchara a su pueblo, del que salimos hace 6 días.
El regreso normalmente lo hacen en dos jornadas ,pero él nos dice que lo hará
de tirón, una larga jornada de más de 14 horas a lomos de la mula. Nos
despedimos con agradecimiento por sus servicios y atenciones y aparte de darle
una propina le regalamos alguna cosa del equipo.
Ya ha anochecido hace rato, nos
vamos a dormir que mañana nos queda un largo trayecto hasta llegar a Marrakech.
VIERNES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Nos levantamos temprano, un buen
desayuno nos pone a tono para afrontar esta última jornada que nos dejará en
Marrakeck.
Sahib ha salido muy temprano con
su mula con dirección a su pueblo y quizás mañana o pasado inicie otro treking
con otro grupo, así de dura es la vida de esta gente, la temporada hay que
exprimirla al máximo.
El transporte público que nos tenía
que recoger a las 08,30 se retrasa, bueno esto es normal es estas tierras, nada
es seguro, no hay nada fijo, ….In saʾ Allāh… como dicen ...( si Ala quiere….), Este
retraso nos permite recorrer la pequeña población y fijarnos en cantidad de matices, colores y pequeños
detalles de la vida cotidiana de estos pueblos bereberes. La mujeres muy
temprano comienzan la jornada, los hombres salen al campo, los niños camino de
la escuela, los pastores con los rebaños…..el pueblo va cogiendo ritmo poco a
poco.
Son casi las 10 de la mañana cuando aparece nuestra
furgoneta, no va muy llena lo que nos permite acomodarnos tranquilamente en la
parte delantera del vehículo. Aparte de nosotros viajan dos hombres y una mujer
nómada que con sus 3 hijos pequeños y su perro que se traslada a Boutagar a la
espera de la llegada de su marido con el
rebaño.
Debido a las últimas lluvias, la
pista que circula paralela al rio esta impracticable, lo que hace que tengamos
que coger un itinerario alternativo por un alto collado. Nos perdemos el verde
paisaje de las fértiles tierras ribereñas, pero ganamos en cuanto a visión cuando
cruzamos el collado y al sur se nos abren los amplio valles próximo al Anti
Atlas.
El paisaje va cambiado, se ve más
civilización, mejores casas, la pista se convierte en carretera, …. El progreso
ha llegado a estas remotas tierras.
Boutagar, es una población que ya
tiene color, se nota que es una zona que poco a poco se va abriendo al turismo y
que sus instalaciones van mejorando. Numerosos establecimientos hosteleros y
agencias de turismo nos indican que es
una zona frecuentada por grupos de turistas y senderistas.
Dejamos a la familia nómada en
un punto en medio de la nada, en un
apartado rincón de las afueras de la ciudad y continuamos nuestro camino hacia
El Kella M’Gouna, capital del Valle de Rosas, famoso por su campos de rosas de
Persia con la que elaboran el agua de
rosas.
Aquí cambiamos de vehículo y ya
por una buena carretera nos dirigimos a Ouarzazate, última ciudad antes de
llegar a Marrakech.
Ouarzazate, es una gran urbe,
moderna, turística….donde la industria del cine está presente con la
construcción de unos grandes estudios cinematográficos que además son un
atractivo turístico.
Hacemos un alto para comer y todo
seguido reemprendemos la ruta. Ahora solo nos queda salvar el Tizi-n- Tichka,
un alto collado de más de 2.260 m que comunica esta región con la vecina
Marrakeck.
La carretera va trepando con
innumerables curvas y poco a poco va ganando metros al Tizi, el tráfico es
intenso, agobiante y el viaje es lento y pesado. Un breve alto en Taddert no
permite estirar las piernas y relajarnos un poco.
…..llegamos a Marrakeck, ya ha oscurecido,
al caos circulatorio que adorna esta ciudad se le suma que tenemos que dirigirnos
a la Plaza de Jefna el Jfna, lugar próximo a nuestro alojamiento. En esta zona a última hora de la tarde el tráfico está restringido y el pobre taxista
se las ve y se las desea para poder acercarnos a nuestro destino. Acompañados
por Lahcen , y cargados con las bolsas y mochilas en mano atravesamos la bulliciosa
plaza que a esta hora está en pleno apogeo de gente y vida.
Por fin ya estamos en nuestro
alojamiento, estamos reventados….casi
sin ganas salimos a cenar algo y de seguida nos vamos a dormir, ha sido
un día duro y cansado.
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