Nos levantamos temprano y disfrutamos de un maravilloso
desayuno con la impresionante vista del Macizo del Mont Blanc delante de
nuestros ojos...la paz y el silencio de la montaña envuelve el lugar y todos
los que hemos dormido en el refugio la disfrutamos como un regalo...mil metros
mas abajo de nosotros el valle empieza a cobrar vida
Después de este obsequio de desayuno, iniciamos el descenso por una senda que " se lanza" de cabeza hacia el valle con mil y una revuelta. Para suerte nuestra no baja nadie, el resto de gente o bien van a les Houches o toman el camino hacia le Brevent, esto nos permite disfrutar del paisaje con su silencio.
Uffff...como baja la condenada, parece que no da tregua...Cuando llevamos unos seiscientos metros de desnivel, aparece el cruce que indica el comienzo del Sentiers des Gardes, que es el desvío que tomamos para llegar a Plampraz.
Es una subida bastante suave, lo que nos permite ir relajados, disfrutando del paisaje.
Cuando llevamos poco mas de 1 kilómetro y unos cien metros de desnivel subidos, dejamos a nuestra derecha el desvío que baja hacia Chamonix. Nos adentramos en la Combe du Brevent, un lugar expuesto cuando llueve o hace mal tiempo y desaconsejable con nieve.
Una enorme torrentera baja de Brevent y hay que cruzarla. Tomando precauciones, por las posibles piedras que puedan bajar, lo hacemos con rapidez y comenzamos a subir por mediación de unas zetas bastante bien marcadas.
Tenemos por encima de nuestras cabezas el cable del teleférico que sube a Brevent y nos sobrevuelan infinidad de parapentes que despegan de Plampraz. Sus gritos y exclamaciones, producto de la adrenalina, retumban en las paredes.
Llegamos a otro cruce de sendas, a la derecha nace una estrecha pista que nos lleva a la llegada del teleférico de Plampraz y a la izquierda arranca un senda que se enfila hacia un colladito y que pasa al lado de unas palestras de escalada.
Un vez en la zona de la estación, vamos en busca de una pista que nace al lado de unos remontadores y que es el GR du Pays du Mont Blanc y que nos conducirá hasta el albergue de la Flégère donde hacemos noche.
El día esta esplendido y es aprovechado por cantidad de personas que pasean por la zona, aprovechando su accesibilidad gracias a los remontes.
El Mont Blanc ya lo tenemos a nuestras espalda y a nuestra derecha van desfilando multitud de picos y agujas bastante conocidos, de algunas guardo buenos recuerdos....la Aiguille de Midi y el Tacul, las Aiguilles de Chamonix, los Drus y la Aiguille Verte...todo un espectáculo de cimas, agujas y crestas.
Seguimos el recorrido y nos acercamos a la zona de remontes , ya vemos el Albergue y el edificio del Teleferico de la Flégère que se encuentra a su costado.
La afluencia de gente es mayor y el teleférico no hace mas que escupir gente....
A medio día estamos en el albergue, es un viejo y grande edificio un poco destartalado y descuidado.
Nos registramos, sus guardas son un poco " hipster" o al menos esa impresión nos causan.
Dejamos las mochilas en nuestras literas y comienza a llegar mas gente. Bastantes grupos y algunos de ellos con gente de edad avanzada...
Mientras Eli se asea, tomo posesión de las dos literas bajas de nuestra zona...en un momento de descuido una señora inglesa, se instala en mi sitio ( y eso que yo había extendido mi saco sabana) y ya me mandaba a otra litera. A mi me da igual dormir arriba o abajo,pero vista su actitud...le digo que " nones"...y me reafirmo en mi litera...la señora se marcha bufando...
Actitudes como esta observaremos y sufriremos bastantes en los días que duren los tours.
Comemos algo en la terraza del teleférico . Disfrutamos del paisaje, tenemos justo delante la Mer de Glace , las Grandes Jorasses y la Aiguille Verte...todo un espectáculo.
El trasiego de gente en esta zona es constante y después de llenar nuestras retinas de montañas, glaciares, agujas...volvemos a la zona próxima al refugio que se esta mas tranquilo.
Llega la hora de la cena, que en esto refugios suele ser a las 19,00 h. Buscamos en el comedor nuestro sitio y nos aposentamos. Compartimos mesa con una pareja de canadienses, una familia alemana y un par de ingleses.
Los platos están muy elaborados y todo muy bien organizado a la hora de servir.La verdad es que nuestras dudas al respecto del refugio y los chicos que lo llevan se desvanecen y nos dejan un grato sabor de boca.
El desayuno lo solicitamos en el primer turno ya que queremos aprovechar las horas mas frescas de la mañana y quitarnos de en medio los mayores desniveles.
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