21/05/2011
El Pico de Aspe o Pico de la Garganta de Aysa, como también aparece en algunos planos es el eterno centinela de la cabecera del Valle del Aragón y del Gave de Aspe francés. Su omnipresente silueta se aprecia tanto desde la zona de Candanchú y Astún como en el vecino Bosque de la Hayas, en la parte francesa. Lo primero que nos llama la atención es su gran pared norte, vertical, agreste, salvaje, recortada por su costado izquierdo con la arista de los Murciélagos, bella vía de escalada que en su día abrieron los escaladores aragoneses Alberto Rabadá , M.Ansón y J.Vicente “ Nanín” el 22 de septiembre de 1961. En su cara norte destaca también la vía Edil, también abierta por Rabadá esta vez junto a su compañero de cordada Ernesto Navarro el 29 de enero de 1962. Esta famosa cordada de escaladores aragoneses tuvo un trágico final en el Eiger, donde un 15 de agosto de 1963, murieron de frío y agotamiento en la zona conocida por “La Araña Blanca”.
El Aspe, es un pico que “marca” a todos los que lo suben por primera vez tanto en invierno como en verano, su escarpada y vertical vertiente norte es bien diferente de la sur, esta es más suave y menos empinada, su ascensión por esta otra cara parte de la cercana población de Aysa, término municipal al que pertenecen casi todos los pastos y tierras de la zona de Candanchú.
El Aspe en la época estival, por sus vías normales, tanto por el norte o el sur, no tienen dificultad, pero la cosa cambia en invierno, su pared escarpada se viste de blanco y el reino del hielo y la nieve toma posesión de sus vertientes, sus vías de ascensión se convierten en exigentes recorridos en los que el dominio de las técnicas de progresión con crampones y piolet son obligatorias. Por eso digo que es un pico que “marca” y enamora a muchos montañeros.
El Aspe y yo tenemos una relación muy especial, han sido muchos años saludando y viendo a diario su esbelta silueta por encima de mi cabeza, recorriendo su base y escarpadas laderas, esquiando en la estación de Candanchú, situada a sus pies, escalando sus aristas, haciendo esquí de montaña por todas sus vertientes, subiendo a su cima, unas veces guiando a clientes, otras acompañando a amigos y conocidos y algunas otras buscando de una solitaria jornada montañera.
También fue el lugar elegido para colocar una placa en recuerdo de un buen amigo, Mariano Delgado, compañero de cordada y de aventuras montañeras, fallecido en accidente de montaña en la zona de Candanchú en enero de 1981. Sus amigos y compañeros en su recuerdo colocamos una sencilla placa en la cima del Aspe, que aún se conserva bastante deteriorada por la acción de algún que otro vándalo de los que, por desgracia, nos encontramos en alguna montaña.
Hacía tiempo que había prometido a Eli, llevarla a su cumbre, desde el momento que por primera vez su vista se fijó en la recortada silueta del Aspe, manifestó su deseo de subir a su cima y yo le prometí hacerlo. Han pasado bastantes meses desde entonces pero lo prometido es deuda y esta vez sí toca…. Nos encontramos, Eli, nuestra amiga Montse y yo en el aparcamiento de la estación de Candanchú, mirando por encima del Tubo de la Zapatilla y el paso de Tortiellas e indicándoles nuestro itinerario a seguir.
La estación está desierta, ningún coche ocupa plaza en su gran parking, tan repleto en época invernal. El único sonido que suena en el ambiente, es el producido por el viento moviendo los elementos metálicos de los remontes y telesillas. Parece un lugar fantasma, bueno todo Candanchú lo es y sus cafeterías, hoteles y tiendas, tan repletas de gente en los meses de esquí, ahora están cerradas o desiertas…
Candanchú,es lugar habitado desde época muy antigua, en el siglo XII ya existía el Hospital de Santa Cristina de Somport, uno de los tres hospitales más importantes del mundo junto con los de Jerusalén y Gran San Bernardo. Por el cercano paso de Somport discurre el Camino de Santiago en su comienzo del tramo aragonés, con un constante flujo de peregrinos con dirección a Santiago de Compostela.
La subida comienza remontando las fuertes pendientes de las pistas de esquí que acceden al paso de Tortiellas. A nuestra derecha vamos dejando el conocido cono y el Tubo de la Zapatilla, mas a la derecha Loma Verde, por donde bajará nuestro itinerario de regreso.Ambos recorridos son en invierno un hito para los esquiadores fuera de pista y de montaña.
Un vez superadas las rampas finales del paso de Tortiellas, donde unos sarrios nos observan con curiosidad, llegamos a la zona de la Tuca Blanca, que era un bonito lugar antes de que “plantaran” pilonas de arrastres y telesillas, aún así conserva una espectacular vista del Aspe y los picos de la Muralla de Borau. Nos dirigimos en perpendicular hacia a la línea de remontes que tenemos enfrente y que suben hacia la Tuca , pasamos bajo el cable de la silla y del remonte y giramos hacia el norte por un senderillo que sigue paralelo el filo del cortado que domina Tortiellas Bajo. En un punto de inflexión y donde la pendiente se salva por unas gradas rocosas, nos desviamos hacia el sur, buscando la hondonada , a partir de aquí podremos seguir las fitas o mojones que marcan el camino. Descendemos superando unos escalones rocosos y nos encontramos con los primeros neveros que persisten todavía en la zona.
Hacemos un alto para beber un poco de agua y admirar el soberbio paisaje que tenemos enfrente. En este punto nos alcanza la única persona que veremos en toda esta vertiente, un lujazo.
Seguimos remontando, entre restos de pedreras y neveros y alcanzamos el hombro del Aspe que da acceso a la zona del Corredor Norte, que es la vía normal de ascensión por esta cara. Aquí la nieve es más persistente y nos colocamos los crampones y sacamos el piolet ya que unos metros más arriba la pendiente se acentúa y un posible resbalón podría tener malas consecuencias ya que el tobogán de nieve da un salto hacia el Cubilar de Aspe, muchos metros por debajo nuestro. En este punto ya se han producido varios accidentes mortales en primavera e invierno.
El tiempo va cambiando y las nubes poco a poco nos van envolviendo, la visibilidad se va reduciendo y un viento frío hace acto de presencia en la montaña.
El corredor norte del Aspe va tomando inclinación, unos 35º a 40 º , en esta zona con nieve dura hay que tomar precauciones ya que no hay defensa alguna en caso de caída y debajo nuestro está “ la escupidera” que antes mencionaba.
Superamos los metros finales y en la salida del corredor nos quitamos los crampones ya que solo nos resta superar una zona de roca para alcanzar la cima del Aspe. Nos encontramos a varias personas que bajan de la cima y se dirigen hacia la vía normal de acceso por el sur. La niebla va y viene y entre sus girones podemos entrever el paisaje de su vertiente norte y los verdes valles de la zona sur. Hace frío y el viento está desagradable. Veo la placa de Mariano y a modo de plegaria elevo un cariñoso recuerdo hacia su persona, fueron varios años compartiendo trabajo, amigos, montañas……juntos.
Es hora de bajar, a pesar de la niebla y el tiempo un poco inestable, propongo bajar por otra ruta, la que se dirige hacia el Collado Occidental del Aspe, baja al Cubilar y por Loma Verde nos dejará de nuevo en Candanchú. Eli y Montse aceptan la propuesta sin dudarlo.
Desandamos el camino hacia la salida del corredor y continuamos hacia el Coll. Occ. A los pies de la cara norte de la Llana de la Garganta que es otro pico próximo al Aspe y con una bonita ascensión invernal por el sur. La nieve está muy podrida y en algún punto nos hundimos hasta casi la rodilla, lo que hace lento y cuidadoso el descenso.
Una vez llegados al collado, nos enfilamos pendiente abajo buscando el Cubilar de Aspe. Bajamos un tubo con fuerte pendiente y empezamos el largo flanqueo que tratando de perder la mínima altura posible nos dejará en la zona próxima a Loma Verde.
A nuestra izquierda tenemos otro pico característico, la Llana del Bozo, la toponimia de esta zona, denomina “Llana” a los picos que son planos o llanos en su cumbre. El Bozo y la Garganta se alzan muchos metros por encima de este Cubilar y sus vertientes norte está defendidas por murallas rocosas y algún que otro corredor. También vemos el Collado de Aysa paso natural que comunica esta vertiente norte su opuesta sur. Para acceder a este paso natural hay que superar una curiosa formación de sinclinal denominada “la oreja” por su curiosa forma.
Terminado el flanqueo desaparece la nieve y primero por pastos de altura y luego por una zona de roca caliza nos adentramos en Loma Verde lugar próximo a la Tuca ya en las inmediaciones de la estación de esquí. Buscando la mejor ruta de descenso por en medio de de este karst de roca caliza y ayudados por las fitas salvamos el desnivel que nos resta hasta encontrarnos en la Cueva del Contrabandista paso clave para bajar a la parte baja de la estación de Candanchú. Durante todo este trayecto hemos tenido al alcance de la mano la imponente silueta de la Zapatilla, curiosa mole rocosa con forma de calzado. Por su suela discurre un camino equipado que podemos coger en el Tubo muchos metros más abajo.
Debajo de Loma Verde nos encontramos con el GR11 que viene del Ibón de Estanés y que seguimos sin dificultad para llegar de nuevo al aparcamiento de la estación, lugar del que habíamos salido hace siete horas.
Como siempre ha sido un placer el hacer esta ascensión y esta vez he podido disfrutarla con Eli y Montse.
Hasta pronto “señor” Aspe.
Magnifico reportaje, un pico que me gustaría visitar y no parare hasta que consiga acudir a subirlo, eso si en verano, por motivos de trabajo y condiciones físicas.
ResponderEliminarGracias por enseñarnos estas rutas tan extraordinarias.
Un aficionado a las montañas de Aspe-Alicante.
Bonita montaña y bonita forma de contarla....
ResponderEliminarUn saludo desde Iruña.
Mikel