Bishkek, capital del Kirguistán…tres visitas, tres ciudades diferentes
Bishkek o “
Bistec”, como la bautizamos nosotros y también conocida como Bishkek, en ruso y
en kirguís Бишкек, pronunciado Biškek, es la capital y la ciudad más poblada de
Kirguistán; también es el centro administrativo de la provincia de Chuy que
rodea a la ciudad, a pesar de que la capital no forma parte de la provincia. Se
cree que su nombre deriva de una palabra kirguís para una batidora usada para
fermentar la leche de yegua, que es la
bebida nacional del país. Está situada en el valle del río Chu, en el curso de
los ríos Alaarcha y Alamedín, al pie de los Montes Kirguises, a pocos
kilómetros de Kazajistán. Su altitud es de 800 m. sobre el nivel del mar. Según
el censo nacional de 1999 tenía una población de 762.308 habitantes y para el
2012 se estima que tiene una población de unos 875.000 habitantes.
Entre 1926 y
1991, tuvo el nombre de Frunze (en ruso, Фрунзе), en honor del líder
revolucionario y general del Ejército Rojo, Mijaíl Frunze, quien había nacido
en la ciudad.
Sus orígenes se
remontan a yacimientos neolíticos cerca de la ciudad por lo que las primeras
civilizaciones que se instalaron en la zona, lo hicieron en esa época. Las
hordas mongolas derrotaron a la civilización que estaba establecida en la
región desde el siglo X. La región fue conquistada a finales del siglo XVIII
por el kanato uzbeko de Kokand que estableció en 1825 una fortaleza en el
lugar. Se encontraba en la célebre Ruta de la Seda, en el tramo que unía
Taskent con Almaty.
La fortaleza fue
capturada y arrasada por las tropas de la Rusia zarista en 1862. Los nuevos
colonos rusos erigieron una nueva fortaleza junto a las ruinas de la anterior y
en 1878 fundaron una ciudad en el emplazamiento de la antigua fortaleza,
denominada Pispek, (en ruso, Пишпек). Pronto se convirtió en una ciudad de
corte europeo y la población creció vertiginosamente, convirtiéndose en el
centro administrativo del distrito en el que se encontraba.
En 1924 fue
designada capital del óblast autónomo kirguís. Al año siguiente consiguió el
rango de capital de la recién creada República Socialista Soviética Autónoma de
Kirguistán y en 1936 se convirtió en la capital de la República Socialista
Soviética de Kirguistán, dentro de la URSS. Fue rebautizada en 1928 por el
régimen soviético con el nombre de Frunze, en honor del líder revolucionario y
general del Ejército Rojo Mijaíl Vasilievic Frunze, quien había nacido en la
ciudad en 1885, y que había realizado importantes actuaciones en las revoluciones
rusas de 1905 y de 1917, así como en la Guerra Civil Rusa de comienzos de los
años 1920.
Con el
advenimiento del régimen soviético comenzó a desarrollarse la industria de la
ciudad, que en un primer momento se dedicaba a la fabricación de componentes
eléctricos. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas factorías se asentaron en
Biskek convirtiéndose en uno de los principales centros industriales del país.
En junio de 1990
se declaró el estado de emergencia después de que varias revueltas en el sur del
país amenazaran con extenderse a la ciudad. En 1991 recuperó el nombre de
Biskek, cuando fue proclamada la independencia de la República de Kirguistán,
país del que fue declarada capital.
Posteriormente
la ciudad se fue modernizando rápidamente, con muchos restaurantes y cafés y
coches europeos y japoneses de segunda mano, así como minibuses recorriendo sus
calles. Al mismo tiempo, Biskek aún conserva su apariencia soviética, con los
edificios y jardines construidos durante la época de dominio soviético
prevaleciendo sobre las nuevas construcciones. En la actualidad la ciudad se
encuentra desarrollada con forma de cuadrícula y posee tanto edificios de nueva
construcción como los típicos Jrushchovkas soviéticos, además en casi todas sus
calles hay árboles que proporcionan sombra en los calurosos días de verano, así
como numerosas fuentes, dispone también de un sistema de alcantarillado y riego
bastante bueno.
Por sus amplias
avenidas fluye un caótico tráfico de vehículos y trolebuses que circulan muchas
veces sin orden ni concierto.
De camino a la
capital, vislumbramos en el horizonte y con las luces de primera hora de la
mañana, la blancas montañas próximas a la ciudad. Todo está nevado y la
temperatura es cercana a los -10ºc. Nada que ver a los cerca de 40ºc que se
alcanzan en la época veraniega.
Ricard y Aleix,
nos llevan al Sierra Café, un moderno bar que será como nuestro punto de
reunión en las visitas que haremos a la ciudad. Aquí con un desayuno
reconfortante, aprovecharemos para iniciar nuestros primeros trámites del
programa. Álvaro nuestro tesorero, ejerce como tal y comienza a recaudar el “fondo común” que
solemos establecer en nuestras actividades, y acto seguido marcha a cambiar los
€ por la divisa del país, el “som” en kirguís “com” que se cotiza con el euro a
1€= 73 soms.
También
adquirimos unas tarjetas telefónicas del país que nos proporcionaran cobertura
de teléfono y datos para internet durante una semana, su precio es de 4€ (compañía
O! ) y cubre 4G
A continuación,
nos dirigimos a un Supermercado para realizar la compra de la comida para una
parte de los días que durará nuestra estancia en la zona. Antonio H traía
confeccionados los menús y solo teníamos que buscar los ingredientes.
El supermercado está
muy abastecido y a la vez que se realizaban las compras, observábamos los
productos típicos del país, tratando de descifrar su procedencia en el incomprensible
alfabeto cirílico con el que estaban etiquetados. Suerte a Ricard y a Johannes,
que nos acompañaron que fueron explicando el variado mercado de productos
alimenticios.
Johannes, es un
austriaco que lleva cerca de 7 años en el país, forma parte del equipo de
Ricard y es el propietario de la “dacha” donde nos alojaremos. También nos dará
la información necesaria para nuestras actividades de esquí de montaña y nos
acompañará en alguna de ellas.
Al final salimos
con cuatro carros repletos de productos alimenticios…que tenemos que cargar en
los vehículos. Menos mal que Johannes añade al convoy su furgoneta 4x4 que nos
hará buen servicio en más de una ocasión.
Casi no nos ha
dado tiempo a visitar la ciudad, pero el cansancio del viaje nos puede y antes
de descansar en la dacha, tenemos que reconocer varios de los sitios donde nos
moveremos los próximos días….
Cargados hasta
los topes salimos en caravana hacia las montañas…atrás dejamos una ciudad gris,
fría y helada…
Días más
tarde, segunda visita….
Hoy aprovechando
de una nefasta meteorología de la zona, aprovechamos y nos vamos de turismo a
la capital. Nuestro alojamiento está aproximadamente a 1 hora y media de
Bishkek, eso contando con el estado de las carreteras. En las montañas, está
nevando, pero cuando nos vamos acercando a la planicie donde se asienta la
capital, el día es bien diferente. El sol asoma tímidamente y Bishkek tiene un
aspecto muy diferente al que vimos días atrás.
Alik nos introduce en el corazón de la ciudad,
con su tránsito, su caos circulatorio, sus avenidas, sus gentes y nos conduce a
la sede de Afatravel, la empresa de Ricard, con el que hemos acordado una
reunión y nos ha organizado “ un perfecto día turístico “ en la capital.
La sede de Afatravel
tiene un aspecto moderno, sus instalaciones son acogedoras y su personal muy
amable. Además hoy coincide que el día del “ Kalpak” el sobrero tradicional
kirguistaní. Y aquí nos vemos luciendo este curioso sobrero y sonriendo para
una foto a la vez que gritamos …” kalpak kundun menens” (feliz dia del kalpak).
La “Community Manager” de la empresa hace fotos sin parar a la vez que nos da órdenes
de cómo y cuando tenemos que decir “ las palabras mágicas”…quieren aprovechar
el momento y situación para compartirlo en sus redes sociales…como ha cambiado
el mundo.
Visitamos la
ciudad, hoy tiene otro aspecto, luce el sol y se ven los colores. Recorremos a
pie grandes avenidas, parándonos en varios lugares emblemáticos y cargados de historia
del país. No vemos grandes ni altos edificios, debido según nos cuentan, a la
debilidad del terreno y la posibilidad de movimientos sísmicos. Observamos la
convivencia de algunas modernas construcciones con viejos edificios y
monumentos que nos recuerdan su antigua pertenencia a la extinta URRS.
No hay mucha
gente por las calles, pero aun así observamos con atención la pluralidad de
personas que conviven en esta ciudad.
Comemos en una pizzería
que nos recomienda Johannes y con una buena cerveza del país, engullimos una
enorme pizza que aplaca nuestra gana. En el exterior, el tiempo empeora y
comienza a nevar.
Mientras una
parte del grupo se dirige al supermercado para reponer algún alimento que nos
hacía falta para nuestros menús, otros realizamos una visita al mercado de la
ciudad.
Me encantan los mercados, para mí es un escaparate del país o ciudad y nos enseñan, sin adornos ni “tuneos” la verdadera esencia de la gastronomía local. Y así bajo una intensa nevada nos introducimos en las entrañas de un sencillo mercado donde conviven toda la variedad de productos del país.
Me encantan los mercados, para mí es un escaparate del país o ciudad y nos enseñan, sin adornos ni “tuneos” la verdadera esencia de la gastronomía local. Y así bajo una intensa nevada nos introducimos en las entrañas de un sencillo mercado donde conviven toda la variedad de productos del país.
Por la tarde,
Ricard, ha concertado un encuentro con un grupo de la ciudad que se reúne un día
a la semana para perfeccionar el idioma que están estudiando. Nos llama
poderosamente la atención que dicho idioma es el “castellano” y sin quererlo
nos convertimos en el centro de atención de un grupo de personas que se interesan
por nuestro país e idioma a muchos kilómetros del mismo. Aprovechamos la
ocasión para departir amigablemente con los componentes del grupo y satisfacer
por ambas partes nuestra curiosidad por costumbres y modo de vida.
De esta manera pasa la tarde y tenemos que marchar. Después de despedirnos de estas gentes y bajo una copiosa nevada nos dirigimos a las afueras de la ciudad donde nos han organizado una cena en un restaurante típico de la ciudad. Es un lugar curioso y bastante concurrido. Numerosas “yurtas” (tiendas que son las viviendas típicas de estas zona de Asía) hacen las veces de comedores donde degustamos una estupenda cena con variados platos típicos.
Se hace tarde y aún
tenemos que volver a la dacha. Continua nevando y el estado de las carreteras está
fatal. Pero Alik, haciendo gala de su pericia como conductor y conocedor la zona,
consigue llegar sin ningún incidente , hasta nuestro destino. Ahora eso si…Antonio
H y yo que ocupábamos los asientos delanteros de la furgoneta, pasamos más
miedo en este trayecto que en ningún momento de la expedición, viendo como
brillaba la carretera que era como una pista de hielo….
A la vuelta de
nuestra actividad en las montañas del Suusamyr Too Range y como estamos de
vuelta en la capital a una hora temprana, aprovechamos para realizar las últimas
compras y despedirnos de Bishkek.
Jhohanes con lleva a comer a un restaurante típico de comida Uzbeka, donde degustamos la sabrosa comida del país vecino. Después aprovechamos para dar la última vuelta por la ciudad y hacer las compras de fin de viaje.
La ciudad ha
cambiado…las avenidas están repletas de transeúntes y gente paseando. Hoy es el
día “de la mujer trabajadora” y la mayoría de las mujeres llevan una rosa en la
mano.
Es una ciudad
viva y alegre, nada que ver con anteriores visitas…
Como bien dice
Javier dlC…en tres días hemos conocido tres ciudades bien diferentes.
Adiós Bishkek,
la próxima vez que pasemos por aquí será de madrugada y de camino al
aeropuerto.
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