Este pequeño pico de apenas 2018 m , se encuentra situado al sur de la población de Gabás ( Vallée d'Ossau) y al oeste del Lac de Fabrèges.
Es un excelente mirador de la cabecera del V.d'Ossau y de la zona del Lac de Bious Artiges y por supuesto tiene una soberbia visión del Midi d'Ossau.
Su ascensión es corta y no presenta casi dificultades, salvo en la última parte de la misma, cuando accedemos a al resalte rocoso de su cima.
Es ideal para una actividad de medio día y en su recorrido podremos disfrutar de un variado paisaje de bosques y pastos altos de montaña.
Hace días, cuando bajamos del Pic de Chérue, nos fijamos en la cúspide rocosa de este pico y nos pareció interesante poder alcanza su cima, porque prometía unas vistas extraordinarias de esta zona del V. d'Ossau.
No nos detuvimos para intentar ascenderlo, porque nos quedaba todavía bastante recorrido por hacer y lo dejamos para otra ocasión.
Bueno, pues todo llega. Con tiempo estable y agradable, decidimos pasar la mañana y tachar este pico de la lista de cimas de esta zona cercana a la frontera franco-española del Portalet.
El punto de partida es el parquing del Pont de la Sagette, pequeño lugar que admite 7 u 9 vehículos.
Desde este punto de inicio, arranca una senda ( señalizada ) que se adentra en el bosque y que nos lleva hacia la Cabanne de Chèrue.
Hay que estar atento, pues después de la segunda curva, cuando la senda se convierte en trocha y adquiere bastante pendiente, el sendero gira a la derecha y sigue subiendo mediante lazadas, al contrario de la trocha que sube a pico.
El lugar está señalizado por un mojón,, pero si hay mucha hojarasca, es fácil pasárselo , que es lo que nos ocurrió a nosotros. Lo que no obligó a hacer la subida por la trocha y bajar por el sendero.
Mas adelante, cuando la pendiente de la trocha se suaviza, se vuelva a encontrar con la senda, siendo ya itinerario único.
El bosque es una masa arbórea mixta de hayas, pinos y abetos y como todos los de esta región , merece la pena saborearlo y disfrutarlo con tranquilidad en la subida.
Sobre los 1750 m de altitud, el bosque va desapareciendo y nos vamos adentrando en los prados de montaña, que suavemente nos conducen a la Cabaña de Chèrue, a la que llegamos cuando llevamos mas o menos una hora de camino. Está situada en un plano del terreno , a medio camino del Pico de Chérue y del Lavigne, a la que llegamos
La cabaña , es un refugio libre, con equipamiento básico, pero se conserva en buen estado. Cerca de ella hay un buen caño de agua potable, donde nos podremos refrescar y aprovisionar de agua si es necesario,
Una vez pasada la cabaña, la senda toma dirección NO, para pasar un evidente espolón y luego ya seguir por diagonal ascendente hacia el collado de Lavigne, que se abre ante nosotros. A la derecha del collado se aprecia la cima rocosa del Lavigne.
Vamos tomando altura por la amplia vaguada que forma el collado y pasamos por debajo de una agujas rocosas que lo dividen en dos. A la izquierda de estas se aprecia el sendero que baja de Pic de Chèrue.
Hace viento y paramos antes del collado, para a resguardo, tomar algo y estudiar el camino de subida hacia el pico.
El sendero está muy bien marcado, primero se enfila por el espolón herboso que baja de la cumbre para después pasar una barra rocosa y bordear por medio de una senda colgada la ladera NE.
En este tramo hay que prestar atención y en el caso de que el terreno esté mojado o nevado, extremar las precauciones.
La senda nos introduce en una canal herbosa que va a buscar una brecha rocosa, reconocible por un pequeño árbol, en su parte superior.
Una vez pasada la brecha, ya nos encontramos e la cresta del pico. Para acceder a su cumbre , hay un paso evidente de roca, que a primera vista no parece sencillo, ya que escupe un poco. Pero con buenas presas y agarres. En el caso de que alguna persona tenga dificultades o le de un poco de miedo, permite poner un pequeño cordino para dar confianza, ya que existe lugares en la roca donde anclar el cordino o alguna baga o cinta.
Una vez superado el paso, solo unos pocos metros nos separan de la cumbre y la cresta no presenta dificultades .
La vista es soberbia y un rosario de cumbres se nos abren ante nuestros ojos y predominando el paisaje el omnipresente Midi.
La bajada, la realizamos por el mismo itinerario, destrepando el pequeño diedro, siendo mas fácil de lo esperado. Luego el descenso por la canal y la senda, con tranquilidad y precaución se hace fácilmente.
Después de la canal, nos cruzamos con dos parejas que iniciaban el ascenso.
Una parada para comer, a resguardo en una rocas antes de llegar al collado, nos permite al mismo tiempo disfrutar de un bonito paisaje y de unos ricos bocadillos.
Ahora solo nos resta, deshacer el camino hacia la cabaña y después volver a disfrutar del contraste de colores y luces que nos ofrece el bosque de Lavigne.
Llegamos al coche sin novedad después de cuatro bien aprovechadas horas , a buen paso, de disfrute por estos parajes.
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