martes, 8 de noviembre de 2022

Pic de Lavigne, un pico de coleccionistas.

 


Este pequeño pico de apenas 2018 m , se encuentra situado al sur de la población de Gabás ( Vallée d'Ossau) y al oeste del Lac de Fabrèges. 

Es un excelente mirador de la cabecera del V.d'Ossau y de la zona del Lac de Bious Artiges y por supuesto tiene una soberbia visión del Midi d'Ossau.

Su ascensión es corta y no presenta casi dificultades, salvo en la última parte de la misma, cuando accedemos a al resalte rocoso de su cima.

Es ideal para una actividad de medio día y en su recorrido podremos disfrutar de un variado paisaje de bosques y pastos altos de montaña.


Hace días, cuando bajamos del Pic de Chérue, nos fijamos en la cúspide rocosa de este pico y nos pareció interesante poder alcanza su cima, porque prometía unas vistas extraordinarias de esta zona del V. d'Ossau.

No nos detuvimos para intentar ascenderlo, porque nos quedaba todavía bastante recorrido por hacer y lo dejamos para otra ocasión.

Bueno, pues todo llega. Con tiempo estable y agradable, decidimos pasar la mañana y tachar este pico de la lista de cimas de esta zona cercana a la frontera franco-española del Portalet. 

El punto de partida es el parquing del Pont de la Sagette, pequeño lugar que admite 7 u 9 vehículos.

Desde este punto de inicio, arranca una senda ( señalizada ) que se adentra en el bosque y que nos lleva hacia la Cabanne de Chèrue. 

Hay que estar atento, pues después de la segunda curva, cuando la senda se convierte en trocha y adquiere bastante pendiente, el sendero gira a la derecha y sigue subiendo mediante lazadas, al contrario de la trocha que sube a pico.

 El lugar está señalizado por un mojón,, pero si hay mucha hojarasca, es fácil pasárselo , que es lo que nos ocurrió a nosotros. Lo que no obligó a hacer la subida por la trocha y bajar por el sendero.



Mas adelante, cuando la pendiente de la trocha se suaviza, se vuelva a encontrar con la senda, siendo ya itinerario único.

El bosque es una masa arbórea mixta de hayas, pinos y abetos y como todos los de esta región , merece la pena saborearlo y disfrutarlo con tranquilidad en la subida.


Sobre los 1750 m de altitud, el bosque va desapareciendo y nos vamos adentrando en los prados de montaña, que suavemente nos conducen a la Cabaña de Chèrue, a la que llegamos cuando llevamos mas o menos una hora de camino. Está situada en un plano del terreno , a medio camino del Pico de Chérue y del Lavigne, a la que llegamos 

La cabaña , es un refugio libre, con equipamiento básico, pero se conserva en buen estado. Cerca de ella hay un buen caño de agua potable, donde nos podremos refrescar y aprovisionar de agua si es necesario,


Una vez pasada la cabaña, la senda toma dirección NO, para pasar un evidente espolón y luego ya seguir por diagonal ascendente hacia el collado de Lavigne, que se abre ante nosotros. A la derecha del collado se aprecia la cima rocosa del Lavigne.

Vamos tomando altura por la amplia vaguada que forma el collado y pasamos por debajo de una agujas rocosas que lo dividen en dos. A la izquierda de estas se aprecia el sendero que baja de Pic de Chèrue.


Hace viento y paramos antes del collado, para a resguardo, tomar algo y estudiar el camino de subida hacia el pico.


El sendero está muy bien marcado, primero se enfila por el espolón herboso que baja de la cumbre para después pasar una barra rocosa y bordear por medio de una senda colgada la ladera NE. 



En este tramo hay que prestar atención y en el caso de que el terreno esté mojado o nevado, extremar las precauciones.




La senda nos introduce en una canal herbosa que va a buscar una brecha rocosa, reconocible por un pequeño árbol, en su parte superior.


Una vez pasada la brecha, ya nos encontramos e la cresta del pico. Para acceder a su cumbre , hay un paso evidente de roca, que a primera vista no parece sencillo, ya que escupe un poco. Pero con buenas presas y agarres. En el caso de que alguna persona tenga dificultades o le de un poco de miedo, permite poner un pequeño cordino para dar confianza, ya que existe lugares en la roca donde anclar el cordino o alguna baga o cinta.

Una vez superado el paso, solo unos pocos metros nos separan de la cumbre y la cresta no presenta dificultades .



La vista es soberbia y un rosario de cumbres se nos abren ante nuestros ojos y predominando el paisaje el omnipresente Midi.

La bajada, la realizamos por el mismo itinerario, destrepando el pequeño diedro, siendo mas fácil de lo esperado. Luego el descenso por la canal y la senda, con tranquilidad y precaución se hace fácilmente.

Después de la canal, nos cruzamos con dos parejas que iniciaban el ascenso.


Una parada para comer, a resguardo en una rocas antes de llegar al collado, nos permite al mismo tiempo disfrutar de un bonito paisaje y de unos ricos bocadillos.

Ahora solo nos resta, deshacer el camino hacia la cabaña y después volver a disfrutar del contraste de colores y luces que nos ofrece el bosque de Lavigne.

Llegamos al coche sin novedad después de cuatro bien aprovechadas horas , a buen paso, de disfrute por estos parajes.















viernes, 4 de noviembre de 2022

Ibón de Orná, el ibón escondido.

 


El Ibón de Orná o Cravelas (Ibón d'Ornat en fabla aragonesa) es un pequeño ibón escondido en la vertiente norte de Sierra de Bernera, justo debajo de la Brecha de Secús o la Portaza. Es un lugar muy poco visitado que esconde esta pequeña joya glaciar, al que el cambio climático y la sequía sufrida este verano lo ha reducido a casi una charca...

 


Un lugar solitario al que se accede por una ruta preciosa y laboriosa, que es la que hemos querido describir en este post. Esperamos la disfrutéis y os sirva para visitarlo en alguna ocasión.

Hacía muchos años que no pisaba esta zona. Allá por la década de los 80 fue cuando oí hablar por primera vez de este pequeño ibón perdido entre los canchales de la vertiente norte de Sierra de Bernera.

Con posterioridad visité la zona y quedé prendado del solitario y agreste paisaje donde se asienta este vestigio de la época glaciar.






Entonces existían pocas publicaciones de guías y recorridos de montaña y las pocas que había no eran muy concretas. Lo mismo digo de los planos, casi todo se reducía a los del Servicio Geográfico del Ejercito, muy buenos en lo relativo a planimetría y curvas de nivel, pero pobres en toponimia y señalización de senderos.

 Luego estaban los primeros planos de la Editorial Alpina, que fueron más un intento de cubrir el hueco que dejaban los planos militares en cuestión de señalización de sendas y lugares, pero horrorosamente malos en la planimetría y las curvas de nivel, con numerosos gazapos en la representación del terreno, dando con ello en muchas ocasiones a errores y confusiones en la ruta.

 Con estos antecedentes, la mayoría de los recorridos se transmitían con el conocido boca a boca y cuando se quería encontrar información de algún punto concreto, siempre estaba la consulta a algún veterano montañero curtido y ya entrado en canas. Eran tiempos heroicos donde la preparación de un recorrido era un trabajo previo laborioso y entretenido.

Este pequeño ibón, ensombrecido por su próximo y visitado hermano mayor, el Ibón de Estanés, ha sido ignorado y "maltratado" en muchas de las publicaciones que surgieron en lo que yo denomino " la Edad de los Libros de Montaña" refiriéndome a esa época de donde pasamos del " nada" al "todo" y surgieron libros y guías de itinerarios como setas.

Como muestra un botón, en la guía montañera Ibones y Lagos , casi no hace mención a su existencia en detrimento a otros menos curiosos e importantes como el Ibón Viejo del Valle de los Sarrios, que más que un ibón es un humedal. Una injusticia, que puede ser que lo haya dejado apartado de visitas y degradación.

En lo mejor de los casos en planos y croquis, estos se limitaban a dibujarlo como un pequeñísimo circulito azul, perdido entre un sinfín de apretadas curvas de nivel de la vertiente norte de Bernera.

 

Con estas premisas, Eli y yo decidimos hacerle una visita y ver su estado actual, que temíamos no gozara de muy buena salud, dado a la escasez de precipitaciones y las elevadas temperaturas de este verano.

 



Descargar Track de la ruta



Iniciamos la ruta muy tempranito en el aparcamiento de Sansanet, situado en el lado francés del Puerto de Somport. Es temprano y casi no hay coches, y los pocos que encontramos por supuesto son franceses, que si son amantes de comenzar las rutas muy tempranito.


El bosque de las Hayas, está bonito, el hayedo ha ido perdiendo sus hojas, que tapizan el suelo como una alfombra, disimulando raíces, piedras y agujeros, lo que hace que tengamos que prestar atención el algún punto.


En poco tiempo llegamos al desvío de la Cabaña de Escurets y tomamos dirección al Ibón de Estanés, nuestro regreso por haremos en circular por el Pas de l'Echelle y senda a la Cabaña de Escurets.

El itinerario a Estanés es sencillo y super marcado, no en vano es una ruta estival habitual y es recorrido por numerosas personas en época veraniega, hoy no encontramos a casi nadie.

Este recorrido lo tenemos muy trillado, pues es una zona que nos gusta mucho, sobre todo en invierno y fuera de épocas de aglomeraciones.



Como siempre la primera vista del Ibón de Estanés sorprende, en un gran lago de montaña, enclavado en un lugar idílico, no en vano es uno de los lugares más visitados de la zona.



Bordeamos el ibón por su orilla sur, siguiendo las marcas del recorrido GR-11, que en la actualidad discurre por otro lugar, conservándose este trazado como variante.

La senda va tomando altura, sorteando afloramientos rocosos y algún tramo pendiente, pero siempre teniendo a la vista la masa de agua de Estanés.




Cuando la senda se aparta del ibón en busca de una canal que sube con fuerte pendiente, la seguimos, dejando a la derecha otro sendero, que nos conduciría al mismo lugar donde nos dirigimos, acortando un poco el recorrido.

Nuestro sendero llega a un cruce, el ramal a la izquierda se dirige al Valle de los Sarrios y el que seguimos nosotros, hacia el Puerto de Escalé y Aguas Tuertas.


Por los canchales que se encuentran por encima nuestra, numerosos rebaños de sarrios recorren pedreras y resaltes, ofreciéndonos un espectáculo precioso.


Pasamos una gran piedra donde están marcados los desvíos y seguimos hacia Escalé.


A nuestra izquierda aparece un sendero que con unas zetas se dirige hacia un pequeño collado situado por encima nuestra. Abandonamos el Gr y seguimos en sendero. Rodeados de sarrios vamos ganando altura y traspasamos el collado.

A partir de aquí, tendremos que estar atentos a los mojones que de tanto en tanto se dejan ver, ya que la senda se pierde en alguna ocasión.



Se nos abre el paisaje y tras pasar un segundo collado, ante nosotros aparece una larga diagonal que atraviesa la falda norte de la Sierra de Bernera, cruzando canchales con diversas tonalidades de roca.





Desviamos la vista a la derecha y al fondo descubrimos la gran cuenca que alberga el Valle de Aguas Tuertas, otra joya de la Jacetania.

Seguimos la larga diagonal y sin rastro del ibón, sobre nuestras cabezas la línea de crestas de Bernera se perfila, adoptando caprichosas formas.







Cuando estamos en las inmediaciones de la Brecha de Secús o la Portaza, y debajo de una gran cantalera, aparece el esquivo ibón. Esta reducido a su mínima expresión. Una ínfima lámina de agua arrinconada en la cubeta que alberga al ibón, es lo único que queda de las caloradas de este verano y la ausencia de precipitaciones. A los negacionistas del cambio climático, les convendría darse un paseo por esta zona.

Al fondo los tonos ocres y rojizos del Barranco de la Rueda, la Peña Marcanton y el Puerto de Achert, contrastan con los claroscuros de la Sierra de Bernera.






Después de observar con un poco de tristeza al triste destino del Ibón de Orná, emprendemos el regreso. Hace bastante viento y la vuelta la queremos hacer por otro itinerario distinto. Una zona denominada las Cabretas, un terreno complicado y sin señalización, lo que hará que estemos atentos al plano y a la ruta que previamente había marcado en el GPS.

A resguardo del viento hacemos una parada para tomar un bocado y estudiar el terreno. A lo lejos apreciamos por donde podría discurrir la senda que sube a Escalé desde Aguas Tuertas y con esta referencia iniciamos la marcha.






Vamos sorteando resaltes rocosos y buscando el mejor paso. Cuando nos vamos acercando al Puerto de Escalé, aparecen varios mojones que nos indican que vamos por buen camino y nos llevan al sendero que se dirige hacia Estanés.




Una vez en la senda la seguimos hasta que cambia hacia el sur, aquí la abandonamos y nos dirigimos hacia una pequeña cala del Ibón donde seguimos la senda que lo va bordeando y nos conduce hasta la presa de su extremo norte. Esta presa, curiosamente, aunque esté situado en territorio español, abastece de energía a la Central Eléctrica de Estaens, situada en territorio francés. hay publicaciones francesas que atribuyen la titularidad española de Estanés, como " una anomalía de frontera".





Desde aquí tomamos en sendero del Pas de l'Echelle que en fuerte bajada nos introduce en territorio francés. La senda no tiene dificultad, ya que la zona complicada está protegida por unas pasarelas y una escala que dan nombre al paso.





Aquí precisamente nos encontramos a dos parejas de jóvenes que tienen problemas para hacer pasar a sus perros por la escala. No sé quién estaba más espantado, si los pobre perros o sus jóvenes amos. Después de darles algunas indicaciones y ayudarlos con los pobres animales, lo consiguen y respiran aliviado.




Nos despedimos y continuamos el recorrido. La senda inicia una fuerte bajada hacia el bosque de Espelunguere, un bosque precioso con unas vistas del Vallée d'Aspe , el Acué y el paso de Gabedaille o Escalé de Aguas Tuertas impresionantes. Una vez pasado el bosque y en el fondo del valle llegamos a un desvío, marcado con un poste. Este nos indica la dirección de Ibón de Estanés y cabaña de Escurets, es la que tomamos.





Iniciamos un ascenso para ir bordeando el Mallo Maspetre y seguir una larga diagonal que nos conduce hasta la Cabaña de Escurets. Vamos recorriendo el interior del Bosque de las Hayas, que parece un bosque encantado, soledad y silencio nos acompañan. Cuando llegamos a las inmediaciones de la cabaña, el bosque se aclara y se intuye la cercanía de la carretera que baja del Somport Aquí ya encontramos el itinerario que seguimos al comienzo de la ruta y que nos llevará hasta el aparcamiento de Sansanet, que ha sido nuestro comienzo y fin del recorrido.







Una bonita ruta con el aliciente de visitar un recóndito lugar perdido entre montañas.

Merece la pena visitarlo.