lunes, 13 de noviembre de 2017

Un Tendeñera Expres...



Cuando salimos a pasear por Sabiñanigo, la Sierra Tendeñera tiene un aspecto impresionante, una sucesión de cimas y picachos adornan su afilada cresta, pero en su extremo mas oriental destaca una cima en especial..no por su afilada silueta, ni por su aspecto agreste..si no por su particular forma...ese es el Pico de Tendeñera.
Eli venia insistiendo hace días, que le gustaría subir a su cima...yo le iba dando largas, hasta que en esta ocasión decidimos ponerle hilo a la aguja y al menos intentar alcanzar su cima. Mecachis...otra vez me tocará comerme un Tendeñera Exprés...



La meteo no era del todo lo buena que hubiéramos querido que fuera, unos días antes tuvimos que desistir de las Frondiellas, una copiosa nevada que sorprendió en el Refugio de Respomuso, dejando el acceso baatante delicado y en los días previos a nuestra llegada al Alto Gallego, la predicción daba nieve, viento y frío...pero que por nosotros no quede la cosa, al menos intentaremos su aproximación y luego ya veremos...siempre estaríamos a tiempo de dar un paseo por el Valle de Bujaruelo y el de Otal.
Un buen madrugón nos puso las pilas...la ascensión a Tendeñera, la cojas por donde la cojas, es un buen sobo, de desnivel y de kilometraje, por lo tanto decidimos que las primeras luces del alba no pillaran ya caminando.
El trayecto hasta el Valle de Bujaruelo, ya no es el de antes, la nueva carretera que conecta Sabiñanigo con Fiscal acorta considerablemente el camino hasta Torla y nos evita el dar el rodeo por Biescas y el Puerto de Cotefablo. Cuando nos damos cuenta estamos ya en la Pista que del Puente de los Navarros que se adentra en el Valle de Bujaruelo. La pista está en bastante buen estado, nada que ver con la que antaño ponía a prueba nuestros nervios y la mecánica del coche.




Dejamos el vehículo en la zona del Camping-Refugio de Bujaruelo y por la pista que se dirige al Puente de Ordiso, comenzamos nuestra larga aproximación. A unos 900 m después del camping y en dicha pista, a mano izquierda sale una trocha con fuerte pendiente, es un camino que nos evita las primeras lazadas que suben al valle de Otal. La pendiente de la trocha es fuerte y hace que aflojemos el ritmo y también nos permite, aunque con poca luz, comenzar a ver que no estamos solos en los linderos del bosque...unos tímidos robellones o níscalos, asoman entre la hojarasca...uhmmmm este año todavía no los hemos testado...la tentación es grande...pero decidimos dejarlos para la bajada ( si nos quedan fuerzas y ganas), confiando en que no los descubran los posibles visitantes que llegaran horas mas tarde.



Tomando algún atajo entre las vueltas de la pista , vamos penetrando en el Valle de Otal, solemne valle glaciar que da acceso al Collado de Tendeñera y al Pico de Otal. Con las primeras luces de la mañana y en completa soledad, nos vamos adentrando en busca de su cabecera. El silencio reina por doquier, a veces solo es roto por el canto de un urogallo macho que se encuentra en el bosque vecino y luego por el vuelo de un helicóptero que aparece por el alto paso de Tendeñera y se dirige hacia el collado de Bujaruelo. 
Después de algo mas de una hora de caminar, nos acercamos a la cabaña refugio de Otal, donde perdemos la horizontalidad del camino , para iniciar un largo ascenso hacia el Collado de Tenderñera, que tenemos a unos 680 m de desnivel por encima de nuestras cabezas. La senda, bien marcada, va ganando metros a la pendiente por debajo de la Peña de Ordiso, tomando la dirección del Cuello de Ordiso.





 A la altura d 2160 m , abandona su trayectoria ascendente, para discurrir por una diagonal horizontal ,la llamada Faja de Basarán , que va en busca del todavía lejano Collado de Tendeñera. A lo lejos, vemos nuestro objetivo, parece que el tiempo no debe estar muy agradable por allí arriba, a la vez que vemos alguna rastro blanquecino en su parte alta, nieve recién caída horas antes. 




Seguimos caminando por terreno poco inclinado, hasta las inmediaciones del collado, donde el camino vuelve a coger pendiente. En el collado, abandonamos la senda que se dirige hacia Panticosa y seguimos una linea de mojones que comienza a subir en dirección sur. Cruzamos una zona karstica, que en caso de mala visibilidad podría presentar algún problema, para despues cruzar una especie de plana pequeña. Después superararemos  un resalte que nos llevará a una amplia terraza con vistas a Linás de Broto. 





Solo nos queda una ultima trepada y ya en la cresta cruzar una estrecha vira que en caso de nieve o hielo habría que tomar precauciones. 









Estamos en la cumbre de Tendeñera, entre los desgarros de la niebla apreciamos la Sierra Tendeñera que se enfila en dirección oeste. POr la zona norte del Pirineo hay metido un marrón de narices y hace bastante viento ( dos días mas tarde nos enteramos de la desaparición de una persona en los Picos del Infierno, lo encontraron dos días mas tarde muerto en su vertiente NO ).Las vistas hacia Ordesa y la zona de Panticosa no son espectaculares debido a la nubosidadd, delante de nosotros tenemos al vecino Vignemale, con su bonita vertiente del rio Ara.











Comemos algo y rápidamente iniciamos el descenso, antes de abandonar la cumbre nos cruzamos con dos montañeros que llegan en ese momento. Volvemos a desandar el camino, ya se notan los 1550 m de desnivel que separan Tendeñera del camping de Bujaruelo...y habrá que añadir el acumulado de la jornada. 









La bajada la hacemos con tranquilidad, el terreno es abrupto y muy roto y no queremos castigar mas nuestras maltrecha piernas ya que nos queda todavía mucho camino.




Una vez en el collado de Tendeñera, nos queda la parte mas tediosa, el lago descenso al valle de Otal que se nos abre bastantes metro por debajo nuestra. 
La senda describe numerosas revueltas que poco a poco vas restando los metros de desnivel ganados en la jornada y ya con los pies bastante " calientes" llegamos al fondo del valle. Aquí comemos algo y nos lo tomamos con calma para cruzar la larga planicie del Otal. Un grupo de escolares rompe la soledad del paisaje y nos " ameniza " el camino de regreso. Apenas hemos contabilizado media docena de personas en todo el recorrido, el día no invitaba a la montaña.








Una vez en la pista de bajada,comenzamos a recordar los lugares donde"detectamos los pequeños habitantes del bosque"que nos alegraron la vista a la subida, dicho y hecho,Eli por una lado y
yo por otro, vamos recorriendo los margenes de la senda y la pista y poco a poco vamos llenado una buena bolsa de robellones que presentan un aspecto muy apetecible...esta noche tendremos un buen aperitivo.

Llegamos al vehículo cunado las luces del día se van apagando, las piernas se notan y las horas también...miro a Eli y le digo...Tendeñera es mucho Tendeñera ¡¡¡ y si es Exprés, mucho más....

No hay comentarios:

Publicar un comentario