jueves, 10 de marzo de 2011

VAL D’ESTIULA Y RASOS DEL TUBAU

08 enero 2011











Este fin de semana deberíamos estar en el Arieje, disfrutando del esquí de fondo y el esquí de montaña, lamentablemente la escasez de nieve que venimos sufriendo esta temporada en el Pirineo no ha hecho cambiar los planes.
Al final después de cambiar impresiones y propuestas con nuestras amigas Alba y Enri, esta última propuso una caminada por el Ripollés, recorriendo la Vall d’Estiula i el Rasos de Tubau…. Una reseña que había visto en el Vertex...¡¡¡¡. Nos echamos a temblar, por experiencia sabemos que algunas caminadas y recorridos que aparecen en esta revista no son moco de pavo y sin encima marcan más de 7,30 horas y un desnivel positivo acumulado de más de 1.000 m… pues ni te cuento.
Pero teníamos ganas de recorrer esta parte (para nosotros desconocida) de este rincón Gironí.
Temprano, muy temprano cogemos ruta hacia Ripoll y después a Campdevànol, en busca del camping Pirinenc y del área  libre de la Font de Querol, comienzo de la ruta. Como no la conocíamos y solo disponíamos de la “famosa” reseña, el día anterior Eli y yo nos proveímos de un plano de la zona y gracias a este pudimos disfrutar con más intensidad de este largo, y algo intrincado recorrido.
Son las ocho de la mañana y después de un buen desayuno iniciamos nuestro periplo por la comarca que al final se convirtió entre bromas y risas en “la Volta al Ripollés”.




La primera parte del recorrido, excelentemente marcada y balizada nos adentra en la Ribera d’Estiula, y nos enseña sus numerosos gorgs y saltos de agua. El lugar es solitario, suponemos que en la época estival será una rambla de paseantes, por la sencillez y la vistosidad del recorrido. 



Vamos pasando de un gorg a otro, disfrutando de sus colores y tonalidades. Hace frío, mucho frío y el recorrido es bastante sombrío, sobre todo a primeras horas de la mañana. En casi dos horas nos encontramos al final de la ribera, en Sant Feliú d’Estiula, una bonita iglesia enclavada en un lugar con bastante historia.


Después de un breve ascenso nos encontramos con el Pla de l’Oró donde se asienta la masía que tiene su nombre. Disfrutamos un rato de este soleado lugar y buscamos el camino que nos llevará hasta el Collet de Reixac. 


Aquí las marcas desaparecen y con el plano y unas pocas indicaciones que da la reseña nos introducimos en el bosque siguiendo una senda desdibujada por la maleza y los arbustos. Después de pasar el Collet y atravesar la pista que lo cruza seguimos  metidos en el bosque por la zona llamada Bac de la Garsa. “Garsas” no vimos ninguna pero el camino se desdibuja y se pierde en varias ocasiones. Tirando de plano llegamos al Pla de les Bigues donde nos encontramos de nuevo un sendero señalizado que viene del sur y nos llevara hasta el Collet de Fatjeneral. En un lugar soleado y con buenas panorámicas , hacemos una parada para comer y beber algo. El día es estupendo y las vistas son magníficas, disfrutamos de la comida y del lugar. Nos ponemos de nuevo en marcha y en poco menos de una hora nos plantamos en el Collet de Fatjeneral. Este será un punto que volveremos a pasar en el itinerario de regreso. Las vistas del  las cumbres poco nevadas del Pirineo nos confirman la escasez de manto blanco que las cubre, para los que somos amantes del esquí de montaña nos desmoraliza un poco ya que la estación que tan bien empezó se retrasa y la blanca nieve está tardando en llegar.
Desde el Collet seguimos el lomo que discurre por los Rasos de Tubau, a la derecha una fuerte pendiente cubierta de hayas que se va convirtiendo poco a poco en pared y cortados, a la izquierda al sur, la montaña es más amable, ya que su pendiente decrece con suavidad en busca de los valles vecinos.
Nos acercamos al Pedró de Tubau, es el punto culminante de la cadena, antes de iniciar el último repecho de subida pasamos junto a la Bassa de Corrubí, lugar donde a la bajada debemos buscar  la canal que nos debe llevar al fondo del valle, al la Collada de la Palomera.


El recorrido desde Fatjeneral al Pedró del Tubau se hace en poco más de 45 minutos y cuando llegamos al vértice geodésico que señala sus 1543 metros de altitud, ante nosotros y a tiro de piedra aparece nuestro amigo el Peñaforca, tan cerca que parece la continuación de los Rasos.
Hacemos una pequeña parada para comentar las vistas y echar un trago de agua y de nuevo suena la frase que Enri lleva diciendo casi toda la mañana… “yo no es por meter presión pero deberíamos  “afanyarnos una mica” (apresurarnos un poco)…” y la verdad es que tiene razón, el tiempo pasa y quedan muchas horas todavía de camino… menos mal que llevamos el frontal.


Bajamos de nuevo a la balsa y buscamos la canal, no está marcada y despue de de alguna duda la encontramos, no está muy clara, es pendiente y rota y además está bastante húmeda. Decidimos no bajarla y retroceder hasta el Pas del Llop donde a la subida he visto un sendero que baja por toda la vertiente hacia la Baga de Puigbó en busca del camino que viene del Coll de la Palomera.


Bajamos por el camino… bueno camino es un decir,  pues vamos deslizándonos de haya  en haya, sujetándonos para no caer y tratando de adivinar por donde baja la traza en medio de la maleza. Al cabo del rato la pendiente se suaviza y encontramos el sendero  de nuevo abierto y nos deja  justo en el cruce que hay en la Carena de les Giraldes. Seguimos el sendero que se dirige hacia el Este en busca de nuevo del Collet de Fatjeneral donde nos volvemos a encontrar con el camino que ya habíamos recorrido anteriormente. Un poco más adelante lo abandonamos y cogemos un ramal a la izquierda que nos llevará hasta la Creu de Ginebre y un poco más adelante nos encontramos con las ruinas de la iglesia de San Marc d’Estiula, que data del año 1672.
Desde aquí seguimos las marcas amarillas y blancas de PR y que nos llevan hasta la explanada donde se asienta la casa de Sant Marc. Continuamos por el bosque con dirección norte y el itinerario está un poco confuso y hay que estar un poco atento. Llegamos a la Collada a 1093 m donde se encuentra la Iglesia de Sant Quintí de Puig-rodón y el Puig-rodon de 1125 m de altura, el lugar es muy sugerente y con buenas vistas. Desde aquí ya se adivina el final de etapa pero aun deberemos caminar algo más de 1,30 horas para volver al coche. La pista que tomamos discurre con dirección este y bordea  tres barrancos. Esta ha sido removida por máquinas que han subido hasta aquí para extraer madera y es un enorme barrizal que ya nos acompañará hasta la Solana de Coguis. 


A la altura del Collet de San Quintí la pista cambia de dirección y se dirige hacia el norte  y casi 1 km más adelante vuelve a tomar rumbo este , ya en bajada en busca de la pista asfaltada que sale de la carretera por la margen izquierda de la Ribera d’Estiula. Una vez en el asfalto solo nos resta seguirlo hasta que cruzamos  el rio por un puente y bordeamos las instalaciones del camping por la derecha saliendo de nuevo a la zona de aparcamiento que hay junto al merendero de la Fons de Querol cuando se iban las últimas luces del atardecer.



Han sido casi 9 horas de caminata por un  territorio, hemos hecho unos 1200 m de desnivel positivo acumulado y hemos cruzado infinidad de barrancos, 6 collados y atravesados varios cauces de barrancos y riachuelos…. Una excursión completa, donde hemos disfrutado de un paisaje solitario, una naturaleza bastante salvaje y unas vistas estupendas. Un sobresaliente para la excursión……



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