Recorriendo los senderos nómadas del Alto Atlas Central
Marrakech, ciudad de contrastes
Marrakech es sin duda una ciudad de contrastes.
En pocos minutos puedes pasar de estar sintiendo sensaciones de olores, gente, colores, bullicio….sensaciones que a veces despiertan nuestros sentidos más ocultos y que podemos reencontrar recorriendo las estrechas callejas de la Medina o visitando los zocos de la ciudad y en poco tiempo nos podemos ver inmersos en el intenso trafico de las grandes avenidas adornadas por innumerables centros comerciales y lujosas tiendas al más puro estilo de una gran capital europea y americana. Ahora puestos a elegir me quedo con lo primero.
En pocos minutos puedes pasar de estar sintiendo sensaciones de olores, gente, colores, bullicio….sensaciones que a veces despiertan nuestros sentidos más ocultos y que podemos reencontrar recorriendo las estrechas callejas de la Medina o visitando los zocos de la ciudad y en poco tiempo nos podemos ver inmersos en el intenso trafico de las grandes avenidas adornadas por innumerables centros comerciales y lujosas tiendas al más puro estilo de una gran capital europea y americana. Ahora puestos a elegir me quedo con lo primero.
En esta ocasión elegimos alojarnos
en el centro de la Medina, en su mismo corazón. En una pequeña Riad que Eli
eligió por su ubicación y relación calidad-precio y desde luego que acertó. La Riad Casa Sophia, es un pequeño establecimiento situado en un mundo de callejones y
a pocos minutos de la Plaza de Djemaa el –Fna, centro neurálgico de la ciudad. La amabilidad de sus empleados, limpieza y servicios
la convierten en primera candidata para futuras estancias.
Al que no ha visitado nunca Marrakech, es obligado realizar una visita por sus zocos, medina, monumentos y perderse por su telaraña de callejas y pasadizos que pueblan la zona antigua. Nosotros decidimos huir de lo convencional y visitar alguna zona más aislada y recóndita que no conocíamos y así durante una mañana nos dedicamos a recorrer y perdernos por los callejones del barrio judío o Mellah y saborear de sus zonas menos turísticas. El barrio judío es un rincón situado al sur de la plaza, al lado de la Kasbah, del cementerio y cercano al Palacio de la Bahía. Está un poco abandonado y en la actualidad poblado por musulmanes, pero tiene algo que lo diferencia del resto de la ciudad.
También muy próximo se encuentra el zoco o mercado de les especias, autentico festival de olores y colores que merece la pena recorrer con detenimiento.
Además de patear y
perderse por la Medina, regatear con los vendedores de sus zocos, visitar plazas y mercadillos, herbolarios, observar
la gente y sus quehaceres diarios, Marrakech ofrece una variada gastronomía.
Lejos de restaurantes turísticos, chiringuitos y bares abarrotados de turistas,
en esta ocasión decidimos ir a comer a un lugar muy especial. La AssociaciatiónAmal, que es una asociación de carácter no lucrativo que trata de ayudar a las
mujeres que se encuentran en situación precaria a través del aprendizaje del
arte culinario y de pastelería artesanal marroquí. Situado en el barrio de
Gueliz y muy cercano al hospital de Ibn Tofail.
Elaboran una cuidada
cocina típica del país y una rica y variada pastelería artesanal y la verdad es
que fue un acierto a la hora de elegir el sitio.
Han sido diez días esplendidos,
en los que hemos disfrutado del país, sus montañas, sus gentes y cultura. Conocido
los valles y senderos del país de los pastores nómadas de esta zona del país. Ascendido
varias de sus altas montañas. Transitado por pistas. Dormido en pueblecitos en
los que los servicios más básicos aún están por venir. Nos hemos reencontrado
con amigos y hemos disfrutado de la amabilidad y sencillez del pueblo bereber…. Mejor imposible.
Hasta la próxima ocasión
montañas del Atlas ¡¡¡
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