3ª Etapa. Jaca - Anzánigo
56,4 km, +1.055m/ - 1.276 m
Tiempo : 5,46h
En movimiento: 4,26 h
Detenido: 1,04 h
Sabíamos que hoy llovería, y mucho, pero la verdad es que esta noche ha caído la del pulpo. Ha llovido torrencialmente.
Anoche cuando salimos de cenar y volvíamos al hotel, ya caía con ganas y toda la noche ha sido un constante aguacero.
Durante el desayuno ya henos hablado y modificado la ruta. Pensábamos subir a San Juan de la Peña por el barranco de Atarés y así no tener que repetir la carretera de Oroel , pero las pistas estarán intransitables y con la que cae la prudencia nos dice que subamos por carretera.
Después del desayuno y liquidar el hotel, nos equipamos para " mucha agua" y decidimos esperar un rato a ver si escampa un poco, mientras tanto entablamos conversación con unos " santiagueros" que están haciendo el Camino Aragonés y hoy se lo toman de descanso...¡ pero si empezaron ayer¡
Aprovechamos una tregua y salimos disparados hacia la carretera que sube a San Juan de la Peña por Bernués, son las 9,50 h.
El pedalear es tranquilo, la lluvia torrencial se ha convertido en una ligera llovizna que va mordiendo nuestros chubasqueros, pero vamos ganando metros al Puerto de Oroel. La Peña Oroel , situada a nuestra izquierda, va asomando tímidamente entre jirones de nubes y niebla.
Un breve alto en la Venta de Barranco Fondo y nos ponemos a resguardo en su porche, lo nos permite cambiar alguna prenda y abrigarnos para la inminente bajada hacia Bernués.
Empezamos el descenso y observamos con extrañeza, labores de parcheo y barrido de la carretera. Les comento a mis compañeros, que me suena raro, ya que esta vía está un poco dejada de mano de Diós...
Mas tarde nos enteramos que mañana pasa por aquí una etapa de la Vuelta Ciclista a Aragón 2019...ya me extrañaba a mí.
Tiempo : 5,46h
En movimiento: 4,26 h
Detenido: 1,04 h
Sabíamos que hoy llovería, y mucho, pero la verdad es que esta noche ha caído la del pulpo. Ha llovido torrencialmente.
Anoche cuando salimos de cenar y volvíamos al hotel, ya caía con ganas y toda la noche ha sido un constante aguacero.
Durante el desayuno ya henos hablado y modificado la ruta. Pensábamos subir a San Juan de la Peña por el barranco de Atarés y así no tener que repetir la carretera de Oroel , pero las pistas estarán intransitables y con la que cae la prudencia nos dice que subamos por carretera.
Después del desayuno y liquidar el hotel, nos equipamos para " mucha agua" y decidimos esperar un rato a ver si escampa un poco, mientras tanto entablamos conversación con unos " santiagueros" que están haciendo el Camino Aragonés y hoy se lo toman de descanso...¡ pero si empezaron ayer¡
Aprovechamos una tregua y salimos disparados hacia la carretera que sube a San Juan de la Peña por Bernués, son las 9,50 h.
El pedalear es tranquilo, la lluvia torrencial se ha convertido en una ligera llovizna que va mordiendo nuestros chubasqueros, pero vamos ganando metros al Puerto de Oroel. La Peña Oroel , situada a nuestra izquierda, va asomando tímidamente entre jirones de nubes y niebla.
Un breve alto en la Venta de Barranco Fondo y nos ponemos a resguardo en su porche, lo nos permite cambiar alguna prenda y abrigarnos para la inminente bajada hacia Bernués.
Empezamos el descenso y observamos con extrañeza, labores de parcheo y barrido de la carretera. Les comento a mis compañeros, que me suena raro, ya que esta vía está un poco dejada de mano de Diós...
Mas tarde nos enteramos que mañana pasa por aquí una etapa de la Vuelta Ciclista a Aragón 2019...ya me extrañaba a mí.
Por poco pringamos, si llegamos a salir un día mas tarde , se nos hubiera complicado el tema.
En Bernés nos espera Julián, en el coche de apoyo , por si alguno necesita cambiar alguna prenda y seguidamente cogemos el desvío para el Monasterio de San Juan de la Peña.
Para el que no ha hecho nunca la carretera de San Juan, a lo mejor se le hace un poco pesada, son 11 km de constante subida por una carretera estrecha y sin casi respiro. Pero hoy hay escaso transito y la carretera es nuestra ( quien es el guapo que va a venir en un día como el de hoy ).
A unos tres kilómetros del Monasterio Alto , en la Collada , vemos aparecer a una holandesa que viene caminando de Atarés, está haciendo el camino de Santiago y se ha desviado para subir a San Juan de la Peña. Va de barro hasta las cejas y nos dice que el camino está bastante mal. Menos mal que hemos cambiado el itinerario.
Llegamos al Monasterio Alto, donde nos espera el amigo Julián, que siempre está atento a las necesidades del grupo.
El Monasterio Alto de San Juan de la Peña, está situado en la pradera de San Indalecio y está reconstruido, ya que sufrió expolio e incendio durante la guerra con el Francés. Han abierto una cafetería y un hotel hospedería ( que ya sabíamos que estaba cerrado)
Aprovechamos para ponernos a resguardo en un sitio caliente y a la vez hacer un café.
Pregunto si alguien se apunta a ver el Monasterio Viejo, situado unos 3 kilómetros mas abajo y debajo de una peña.
Cuatro valientes se deciden y decidimos bajar caminando , mas que nada porque de subida hay unas rampas de narices y no está el horno para bollos, pero Juan que lleva eléctrica, baja en bici...las ventajas del pedaleo asistido.
Bajamos por el camino viejo y en 20 minutos estamos en el Viejo Monasterio y podemos realizar una visita a su interior.
El lugar es espectacular y cargado de la historia del Reino de Aragón.
Visitamos con detenimiento los lugares mas importantes y volvemos a la pradera, donde ya nos están esperado el resto del grupo para reiniciar la ruta.
También teníamos la intención de bajar por la pista hacia Botaya y Ena y después por carretera local, llegar a Anzánigo, pero visto de como continua el día, seguiremos por la carretera secundaria.
Nos lanzamos hacia Bernués, ahora es todo bajada...y que bajada.
Tenemos que extremar las precauciones ya que el firme se encuentra con mucha agua y no es cuestión de meterte una piña en una curva.
Llegamos sin novedad a Bernués y continuamos bajando, ahora ya por la carretera principal que va hacia el Embalse de la Peña. Nosotros nos quedaremos antes en Anzánigo.
En Bernés nos espera Julián, en el coche de apoyo , por si alguno necesita cambiar alguna prenda y seguidamente cogemos el desvío para el Monasterio de San Juan de la Peña.
Para el que no ha hecho nunca la carretera de San Juan, a lo mejor se le hace un poco pesada, son 11 km de constante subida por una carretera estrecha y sin casi respiro. Pero hoy hay escaso transito y la carretera es nuestra ( quien es el guapo que va a venir en un día como el de hoy ).
A unos tres kilómetros del Monasterio Alto , en la Collada , vemos aparecer a una holandesa que viene caminando de Atarés, está haciendo el camino de Santiago y se ha desviado para subir a San Juan de la Peña. Va de barro hasta las cejas y nos dice que el camino está bastante mal. Menos mal que hemos cambiado el itinerario.
Llegamos al Monasterio Alto, donde nos espera el amigo Julián, que siempre está atento a las necesidades del grupo.
El Monasterio Alto de San Juan de la Peña, está situado en la pradera de San Indalecio y está reconstruido, ya que sufrió expolio e incendio durante la guerra con el Francés. Han abierto una cafetería y un hotel hospedería ( que ya sabíamos que estaba cerrado)
Aprovechamos para ponernos a resguardo en un sitio caliente y a la vez hacer un café.
Pregunto si alguien se apunta a ver el Monasterio Viejo, situado unos 3 kilómetros mas abajo y debajo de una peña.
Cuatro valientes se deciden y decidimos bajar caminando , mas que nada porque de subida hay unas rampas de narices y no está el horno para bollos, pero Juan que lleva eléctrica, baja en bici...las ventajas del pedaleo asistido.
Bajamos por el camino viejo y en 20 minutos estamos en el Viejo Monasterio y podemos realizar una visita a su interior.
El lugar es espectacular y cargado de la historia del Reino de Aragón.
Visitamos con detenimiento los lugares mas importantes y volvemos a la pradera, donde ya nos están esperado el resto del grupo para reiniciar la ruta.
También teníamos la intención de bajar por la pista hacia Botaya y Ena y después por carretera local, llegar a Anzánigo, pero visto de como continua el día, seguiremos por la carretera secundaria.
Nos lanzamos hacia Bernués, ahora es todo bajada...y que bajada.
Tenemos que extremar las precauciones ya que el firme se encuentra con mucha agua y no es cuestión de meterte una piña en una curva.
Llegamos sin novedad a Bernués y continuamos bajando, ahora ya por la carretera principal que va hacia el Embalse de la Peña. Nosotros nos quedaremos antes en Anzánigo.
12 kilómetros mas abajo encontramos el Camping de Anzánigo, lugar donde pernoctaremos.
Son las 15,37 h .
El Camping es un establecimiento un poco dejado y bastante descuidado, es frecuentado en verano por " moteros", pero disponen de bungalows y no se come mal.
Reunido el grupo y como mandan los cánones, de nuestro compañero Pier...."lo primero,lo primero, lo primero...una cerveza".
Y dicho y hecho, caen unas birras a la vez que comentamos la jornada.
Hoy ha sido la mas corta, que no quiere decir que haya sido floja, porque el desnivel acumulado canta.
Después una ducha caliente, damos tiempo a que terminen de preparan la comida que previamente hemos encargado y hacemos una breve visita al lugar.
Después de comer y degustar una buena comida típica altoaragonesa, descansamos un rato y aprovechando que la lluvia ha cesado nos acercamos a la cercana población de Anzanigo, que está a apenas a 1 km del camping.
Decidimos ir dando un agradable paseo por la orilla del río disfrutando del paisaje.
Al cruzar el puente de Anzánigo vemos la crecida que lleva hoy el Gállego, en estas condiciones hubiera sido imposible plantearse su cruce, de buena nos hemos librado.
Callejeamos por Anzánigo y recorremos sus rincones más emblemático, rezuman olores a vieja población Aragonesa. Seguidamente localizamos y visitamos el bar del pueblo.
Me encantan estos anejos y tipicos bares de pueblo, con todo sus sabores rurales. Está regentado por una señora " de las de antes", que nos atiende con la amabilidad típica de los lugares que no acogen mucha parroquia entre semana y se interesa por lo que hacemos por estos lares. La conversación fluye y se anima. Parece que hemos retrocedido 40 años en el tiempo.
Se acerca la hora de la cena, entre risas y bromas nos volvemos al camping. Ahora toca descansar para poder afrontar con ganas la etapa de mañana, que será la última de este tour, pero no la mas suave.
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