Longitud: 10 km
Desnivel: +460/-500m
Horario: 5-6h
Hoy tenemos una jornada suave, con una recorrido bastante cómodo y poco desnivel. Después de un excelente desayuno y una vez recogido el campamento nos dirigimos hacia el sur. Por prados y siguiendo el sentido del valle alcanzamos el Paso Carhuac o Yanapunta a 4.640 m de altitud, a medio camino nos adelanta el arriero y Carlos ,que a buen paso se dirigen a la zona designada para el enclave de nuestro próximo campamento, ellos van rápidos, nosotros disfrutando del paisaje y del camino. Un cóndor nos sobrevuela de nuevo, alto y rápido y en un santiamén desaparece detrás de la cresta de la montaña.
Sobrepasamos el collado y empezamos a descender suavemente en busca de la hondonada que ocupa la laguna de Carhuacocha. Hacemos un alto para comer algo y admiramos el soberbio paisaje que nos envuelve, sobre la laguna se alzan majestuosos los grandes del Huayhuash, El Jirishanca, el Yerupajá, el Siula, enormes nevados que descargan sus glaciares de la cara Este en este privilegiado enclave, su contemplación nos llevará muchas horas esta tarde.
Alcanzamos la mal llamada aldea de Incahuaín, unas pequeñas construcciones de cañas y barro dan el aspecto de lugar poblado a este enclave. Vemos ovejas, alguna que otra mujer ataviada con ropajes de colores vivos, ropa tendida... es un lugar habitado.
Somos los primeros en llegar al sitio de la acampada, luego conforme pasan las horas van apareciendo diversos grupos que ocupan las terrazas próximas, no son muchos, pero la sensación de soledad del anterior campamento no es la misma.
Nos lavamos en una fuente próxima y mientras nos cambiamos, charlamos con un anciano que se encuentra en la zona, vive en una aldea cercana y se interesa por nuestra procedencia. Va a caballo y se despide alegremente. Comemos y el resto de la tarde la dedicamos a leer y a disfrutar de la vista que se abre ante nuestros ojos... los nevados, sus glaciares, crestas, grietas...no nos aburrimos.
Unos lugareños visitan el campamento para cobrar la preceptiva tasa de paso por las tierras de la comunidad indígena de la zona. Este hecho se repetirá por todos los lugares donde discurre el treck.
Cae la noche y el cielo estrellado ilumina las blancas paredes del Siula y el Yerupajá, podríamos estar horas y horas contemplando el paisaje, pero tenemos que descansar, mañana será un día duro.
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